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El sembrador del odio

El sembrador del odio

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El sembrador del odio
Por: Vladimir Galeana Solórzano

Antes que buscar la concordia de todos los mexicanos, se ha empeñado en dividirnos, en confrontarnos, en alejarnos los unos de los otros con esa diferenciación de fifis y el Pueblo bueno. Sin lugar a dudas es un sujeto que sigue aspirando al pensamiento único, y lo que ha mostrado y demostrado es que no es más que un accidente de la historia del futuro inmediato de este aún maravilloso país.

El inquilino de Palacio Nacional no se ha detenido a pensar que cada uno de nosotros, los mexicanos de todas las latitudes, tenemos distintas condiciones y concepciones de nuestra lamentable realidad, y por supuesto que cada quien tiene esa libertad de pensamiento que debiera ser respetada, porque la principal riqueza de una nación es la diversidad de sus habitantes.

Para decirlo más claro, la apología del odio son esas expresiones destinadas a intimidar, oprimir, o incitar al odio o a la violencia contra una persona o grupo en base a su raza, religión, nacionalidad, género, orientación sexual, discapacidad u otra característica grupal. Y esa es la principal actividad que hasta ahora ha venido desarrollando quien encabeza los destinos de este aún maravilloso país.

La incitación al odio o a la violencia ha sido hasta ahora la principal doctrina de esa mal llamada Cuarta Transformación, que promueve o justifica acciones de violencia, discriminación o descrédito hacia alguna persona física o un grupo de personas. Y en este contexto, el principal objetivo de quien por ahora conduce los destinos de este país, es la invitación al odio de aquellos que no pensamos como el.

La mendicidad mostrada con la tragedia que está viviendo Acapulco y varios municipios del estado de Guerrero, ha mostrado el rostro de la estupidez de quien por ahora detenta la Presidencia de la República. El sembrador del odio se solaza cada vez que tiene oportunidad de expresar sus odios ante los mexicanos que no pensamos como el, porque se siente dueño del pensamiento único de esta nación.

Pero habrá que señalar que esa siembra del odio entre los mexicanos, se borró de inmediato cuando los acapulqueños requirieron del apoyo ciudadano, y ahí ha estado manifestándose como se ha hecho en otras ocasiones, porque la grandeza de un pueblo no se basa en la voluntad de los gobernantes, sino en esa solidaridad de todos en los momentos de mayores agobios. México es más grande que la mendicidad de Andrés Manuel López Obrador, porque en estos momentos de agobio lo único,que ha mostrado es su pequeñez como gobernante y su mendicidad como ser humano. Al tiempo. Vladimir.galeana@gmail.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo. [email protected]

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