Violencia en Quintana Roo
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Si el flagelo de la violencia sigue a la alza en Quintana Roo, estaremos frente a un gobierno fallido. Hasta ahora la administración que encabeza Mara Lezama ha sido ineficiente ante la circunstancia que los quintanarroenses están viviendo a causa de las ineficientes estrategias policiales para combatir el flagelo del crimen organizado, que hasta ahora pareciera tener la complacencia gubernamental para alzarse con el control de la mayor parte de los territorios del paraíso de America.
Insisto, no basta con salir en las fotografías con una bella sonrisa, porque lo que anhelan los habitantes de este estado es la tranquilidad y La Paz de que han gozado en los últimos años. De lo que se trata es de que la esfera gubernamental se concentre en la estructuración de un proyecto en el que la ley se imponga, y los ciudadanos puedan tener la tranquilidad de salir de sus casas para realizar sus cotidianas labores que al final son el sostén de cualquier gobierno, porque son los ciudadanos quienes alimentan los caudales públicos.
Y esos caudales públicos debieran regresar a los ciudadanos a través de la implantación de proyectos productivos, pero sobre todo, con la tranquilidad de salir a las calles sin que tengan que sortear los peligros de una delincuencia organizada, que hasta ahora ha dado muestras de que cuenta con mejores estrategias para mantener el control de los territorios, antes que las estrategias gubernamentales funcionen de manera adecuada. Y no se trata de descalificar lo que hasta ahora se ha venido realizando, pero cuando una estrategia no alcanza el éxito, más vale pensar en una recomposición y reorientación de las acciones preventivas y coercitivas.
Hasta ahora los indicadores señalan que desde la llegada de Mara Lezama a la gubernatura, el número de delitos cometidos mensualmente en Quintana Roo, registra un desmesurado crecimiento que indica que la estrategia actual no ha estado teniendo el éxito esperado. La muestra del fracaso la dan los indicadores, porque en Octubre del 2022 se cometieron cuatro mil quinientos un delitos del fuero común, y en marzo la cifra ha alcanzado a cinco mil ciento veintiséis delitos, que hasta ahora representan seiscientos veinticinco delitos más, es decir, que ahora tenemos un repunte superior al trece por ciento.
Las cifras indican que en el primer trimestre del año 2023, ya en el gobierno de Mara Lezama, se cometieron cuatrocientos cinco homicidios dolosos y culposos, lo que significa un repunte cercano al veinte por ciento. Y esta no es una circunstancia producto de la casualidad, sino de la ineficiencia en la estrategia de seguridad Pública que se ha venido ensayando, y que podemos decir que ha sido una estrategia fallida por donde se le quiera ver. Reorientar la estrategia no basta, lo que se requiere es una reestructuración del modelo utilizado que en este breve espacio no ha dado certeza a los ciudadanos.
En un estudio comparativo, la anterior administración tuvo un registro de once mil setecientos setenta y cuatro delitos del fuero común, mientras que en el primer trimestre del 2023 los delitos alcanzaron la cifra de trece mil seiscientos noventa y uno, lo que indica que el crecimiento de la violencia ha sido desmesurado, es decir, un dieciséis punto dos por ciento. Y ni que decir de los delitos sexuales, el hostigamiento sexual, las violaciones, y otros delitos más. Caray, que bueno que tenemos una gobernadora que Sonrie, pero que malo que no tengamos los resultados esperados con este gobierno que tanto prometió en campaña, y que ahora nos entrega cuentas amargas. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.