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Mercados del Bienestar Maya?

Mercados del Bienestar Maya?

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Mercados del Bienestar Maya?
Por: Vladimir Galeana Solórzano

Pareciera que la Gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, en ese afán de estar cerca del Presidente de la República, se ha venido mimetizando con el mandatario en eso de ver quien tiene las mayores ocurrencias y los mayores dislates en el arte de gobernar. Y no se trata de evidenciar que hasta hora las cosas no están lo bien que se quisiera, o que en una de sus tantas peroratas, que no son más que una copia vil de lo que pregona el Presidente de la Republica, cuando de mantener el interés colectivo se trata, sigue la corriente sin ton ni son.

Una cosa es el proyecto presidencial, y otra la gobernanza y gobernabilidad de una Entidad de la Federación que cuenta con enormes potencialidades para seguir desarrollándose a través de sus bondades turísticas, pero que Hasta ahora no encuentra la manera de compaginar el desarrollo turistico con el combate a la pobreza. Para decirlo más claro, el gobierno del Estado de Quintana Roo no son tan solo los polos turísticos, porque la pobreza sigue enquistada en diversas comunidades a las que hasta ahora se mantienen segregadas, y que requieren de una forma de atención que proyecte sus verdaderas potencialidades.

La inversión estatal ha sido hasta ahora mínima, y de lo que se trata es de que se habiliten polos de desarrollo en las comunidades más atrasadas para otorgarles la posibilidad de que se inserten en los procesos de generación de empleos, productividad y avance social. No bastan tan solo la generación de las industrias locales, se requiere el establecimiento de cadenas de producción a la vez que propiciar los lazos comerciales con los grandes mercados de esos polos turísticos, y pensar en el establecimiento de estrategias que alcancen los mercados internacionales.

La rimbombante palabra de “bienestar” que tanto se ha utilizado en los discursos de la mal llamada Cuarta Transformación, hasta ahora no ha alcanzado lo que significa su verdadero contexto, que no es otra cosa que los factores que participan en la calidad de vida de las personas en una sociedad, y que hacen que su existencia posea los elementos que indefectiblemente le otorgan los satisfactores a esa misma sociedad, que se forma y conforma en todos los rincones del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo.

Y si, efectivamente, la importancia de los mercados es un valioso elemento cuando de realizar el comercio se trata, y que bueno que se incluya la capacitación, los recursos y créditos a las organizaciones de mujeres, que son el pilar fundamental del núcleo familiar en todos los rincones no tan solo de Quintana Roo, sino de todas las latitudes de este aún maravilloso país, al que las ocurrencias palaciegas tienen y mantienen en en el ostracismo. Pero lo peor de todo es que esa esperanza sigue colgada al proyecto del Tren Maya, que hasta ahora sigue construyéndose y no se tiene una fecha definida para su terminación.

Los quintanarroenses de las zonas más pauperizadas de Quintana Roo requieren certezas más que esperanza, y hasta ahora lo único que ha trasladado la Gobernadora es esa trillada esperanza que hasta ahora sigue siendo una estrategia de promesa que en la mayor parte del estado no se ha concretado. Que bueno que exista la esperanza, aunque la trillada palabra hasta ahora no ha sido congruente con la lacerante realidad de quienes detentan la mayor de las pobrezas en Quintana Roo. Ojalá esa esperanza sea disipada del vocabulario gubernamental y se convierta en el corto plazo en una realidad, porque la pobreza sigue ahí, y hay que erradicarla. Al tiempo. [email protected]

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.

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