Manatíes y crisis climática
Por: Vladimir Galeana Solorzano
Sin lugar a dudas la depredación humana es lo peor que le puede pasar a la naturaleza. La especie dominante, la pensante, la que se siente dueña del entorno, no es más que una serie de seres irresponsables que hasta ahora han destruido el hábitat de la mayor parte de las especies y los estamos condenando a la desaparición, sin entender que nosotros también estaríamos entre esas especies que estarían condenadas a extinguirse.
Mucho presumen los chetumalenses, los carrilloportenses, los cancunenses, y todos aquellos que hasta ahora radicamos en Quintana Roo, de tener un entorno natural de los más bellos del país y quizá del Continente mismo, donde la flora y la fauna se distinguen por contar con una generosa vida silvestre que hasta ahora ha distinguido al sureste del país, pero también contamos con una brutal depredación que hasta ahora sigue impactando en la destrucción del entorno ecológico.
Pero hay algo que tengo que señalar, y es que tan irresponsables hemos sido que ahora estamos al borde de propiciar un colapso en nuestra naturaleza, a causa de nuestros instintos depredadores que por desgracia sigue incrementándose cotidianamente, a causa de que hemos perdido la conciencia de que la flora y la fauna también han sufrido una considerable disminución de las especies animales.
Pero también tengo que criticar la decisión del Presidente de la Republica de destruir la selva del sureste a causa de un capricho, o un jugoso negocio, con la Construcción del afamado Tren Maya, que hasta ahora se ha convertido en un grave peligro para los sistemas ecológicos y destrozando la viabilidad de la naturaleza, esa que hasta ahora sigue resistiéndose a convertirse en un yermo y desolador paraje en el sureste del país.
Por lo pronto los especialistas han alertado acerca de la crisis climática que ha puesto en riesgo al hábitat de numerosas especies que ahora están en peligro de extinción. Un solo capricho de un sujeto que antes que buscar la conservación de las especies, ha establecido un gran negocio a través de la edificación de un tren maya que no servirá más que para observar el derrumbe de miles de especies arbóreas con su capricho del Tren Maya.
Y es que esa crisis climática que hasta ahora nos viene cobrando la propia naturaleza, ha puesto el dedo en la llaga ante la fragmentación y la alteración del ecosistema lagunar que pone en riesgo a diversas especies, pero sobre todo al manatí que hasta ahora están en condiciones de vulnerabilidad.
Pero no todo es causa del afamado Tren Maya, también lo es de la contaminación por los desechos sólidos, y el ecosistema lagunar de agua dulce en el que habitan. Si algo puedo señalar, es que hasta ahora en los sistemas lagunares de la zona de Chetumal, que presuntamente era santuario del Manatí, hasta ahora son pocos los que se han visto, y esto quiere decir que es necesario un registro para establecer una estrategia de regeneración, y evitar la posibilidad real de su extinción. Así de simple. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.