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Los excesos del peligro

Los excesos del peligro

Los excesos del peligro
Por: Vladimir Galeana Solórzano

Debo señalar que he sido motociclista casi toda mi vida. Desde los trece años comencé a disfrutar de subirme a una motocicleta, y después de haber cumplido sesenta y ocho años, aún sigo haciéndolo en una Motocicleta Harley mil seiscientos. Un motociclista nunca estará ajeno a las probabilidades de un accidente en Ciudad o en carretera, y lo mejor es extremar las precauciones viajando con mesura y con todas las protecciones posibles porque nunca nadie está exento de los avatares carreteros.

Lo mejor de todo cuando se es un motociclista que ha recorrido muchos kilómetros disfrutando su máquina y las carreteras por donde se circula, es la pericia de los años, pero siempre hay que estar pendientes no tan solo del camino, también de los vehículos que circulan con grandes cargas, porque su capacidad de maniobra en el caso de un tronco o una piedra en la carretera es muy estrecha. Los accidentes en una motocicleta son recurrentes cuando se abusa de la velocidad, pero sobre todo cuando el vehículo no está en sus mejores condiciones mecánicas.

La velocidad es la principal causa de los accidentes, pero también el estado de la máquina. No es lo mismo disfrutar del viaje o de la rodada, que exponer la vida ante la velocidad que algunos desarrollan simplemente porque piensan que nunca les va a ocurrir algo. Disfrutar una motocicleta no es cometer excesos en la velocidad, de lo que se trata es de disfrutar el recorrido y respetar los límites de la velocidad que se señalan en las carreteras de todo este maravilloso país.

Mi último viaje más largo fue de la Ciudad de México hasta Chetumal, donde ahora radico. Y me permití hacerlo en dos dias para disfrutar no tan solo la maquina, sino el paisaje, los poblados, y la gente que se acerca a preguntar cuando se toma un descanso. Normalmente viajo en una Motocicleta modelo viajera, Harley Mil Seiscientos, que es una de las más estables y son excelentes lara viajes largos. Incluso cuenta con un dispositivo en el que al apretar un solo botón la velocidad crucero se mantiene, y si existe algún avatar, al pisar el freno ese dispositivo deja de funcionar.

He visto muchos accidentes, algunos muy lamentables por los excesos en la velocidad, porque no es lo mismo disfrutar el recorrido y la máquina que exponerse a un derrape, a algún corrugamiento en la carretera o a la impericia de algún viajero. De ahí que siempre hay que mantener las luces encendidas en el día cuando se hacen viajes largos, y tomar descansos al menos cada tres horas de manejo. Un motociclista de sesenta y ocho años disfruta su máquina, el paisaje, la carretera, las comidas, y hasta las pláticas con lugareños cuando se acercan a preguntar por las posibilidades de comprar una motocicleta.

Siempre recomiendo iniciar con una de baja cilindrada para saber como se maneja en dos ruedas. Principalmente en las ciudades, donde el tráfico es mayor. El éxito de un recorrido carretero es disfrutar el paisaje, la motocicleta, y llegar al destino sano y salvo. Pero si viajas acompañado, tienes que estar preguntando si ese acompañante está bien o si tiene cansancio. Porque lo mejor es parar y estirar las piernas caminando trechos cortos para que se reactive la circulación. Pero lo mejor de un viaje siempre será llegar al destino sin haber tenido un contratiempo. Las altas velocidades no son recomendables, es mejor disfrutar el camino que exponerse. Al tiempo. [email protected]

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.

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