La destrucción de listas nominales en QROO
Vladimir Galeana Solórzano
Como dicen por ahí, en todos lados se cuecen habas, y en Quintana Roo de pronto se les pasa la mano en eso del cocimiento. Resulta que alguien tuvo la brillante idea o la pésima ocurrencia en el Instituto Electoral de Quintana Roo, de destruir las listas nominales del pasado proceso electoral, y esta circunstancia ha propiciado una puntual investigación porque de acuerdo a la normatividad aplicable esa atribución corresponde únicamente al Instituto Nacional Electoral.
Fue la Consejera Presidente, Rubí Pacheco Pérez, quien señaló la violación a la norma estatutaria y a las propias leyes de la materia vigentes en el Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, y dio a conocer que tiene documéntales públicas como lo es una acta circunstanciada en la que se asienta la destrucción de las listas nominales de la pasada elección, lo que constituye un hecho consumado, y eso quiere decir que no existirán constancias en el probable caso de una investigación.
Y este no es un asunto que se tenga que resolver de manera expedita, porque pudiera haber la posibilidad de que se hubiera cometido un delito electoral que tendría que investigarse hasta las últimas consecuencias por la forma en que ocurrieron los hechos para determinar si existió dolo en la consumación de los hechos, o bien se trata de un suceso en el que quien tuvo la determinación de desaparecer los documentos desconocía el mandato de la ley.
Por lo pronto como siempre ocurre, nadie sabe nada, y podemos tener la seguridad de que así seguirá siendo porque hasta ahora no se tiene una narrativa certera de lo ocurrido. Lo peor es que los funcionarios encargados de estar supervisando la presunta destrucción nunca fueron citados o avisados, por lo que su ausencia ha sido también una de las más grandes fallas en el procedimiento que señala la legislación vigente.
Fueron dos Consejeros quienes aparecen en el acta, pero resulta que no conocían la determinación de que fueran testigos de la destrucción, por lo que no tuvieron la oportunidad de presenciar el acto de destrucción. Y esta circunstancia ha provocado un debate para determinar que fue lo que realmente ocurrió, porque hasta ahora lo único que se sabe es nadie sabe y nadie supo que fue lo que realmente pasó.
Lo peor de todo es que ningún consejero firmó esa determinación, además de que existe un recibo con el que se pretende acreditar el hecho, que no corresponde con la fecha, además de que no cuenta con firma alguna de las conserjerías. Lo peor de todo esto es que el convenio de colaboración con el Instituto Nacional Electoral señala que las listas tenían que devolverse a la autoridad nacional electoral. Descuido, o indolencia? Que grave circunstancia, pero la reconstrucción de los hechos tendría que señalar responsables y corresponsables. Así las cosas. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.
