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El satanás de Cozumel

El satanás de Cozumel

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El satanás de Cozumel
Por: Vladimir Galeana Solórzano

Bien dicen por ahí que en todos lados se cuecen habas, y en Cozumel alguien se ha vuelto relativamente famoso no por hacer el bien, o por realizar su trabajo de forma adecuada, porque es un policía que vivió sus quince minutos de fama por sus excesos y la violencia con la que pretendió someter a un reportero, y ahora está pagando las con consecuencias de sus deleznables actos violentos.

Por cierto, el señor “Satanás” como lo conocen en los bajos mundos de la policía municipal, hasta ahora sigue separado de su encargo por esa conducta que siempre le ha metido en problemas porque se siente “Juan Camaney”, es decir el mero macho de la película como dicen en los corridos policiales de mi estado de Guerrero, y al que le encanta utilizar la violencia para someter a tirios y troyanos.

Por cierto, el afamado Satanás, que no diablo, tiene una tremenda fama de violento porque le encanta dar muestra de su poder, de su presencia policial, y de que puede hacer lo que le venga en gana con cualquier ciudadano porque él es la ley y nadie más que el es quien puede determinar que se hace, como se hace y con quien se hace, porque para eso está, para imponer el orden cueste lo que cueste.

Por lo pronto Don Satanás fue quitado de las calles porque como es policía de los buenos, más vale tenerlo vigilado porque en cualquier momento puede hacer de las suyas, y un sujeto de este tipo, a cualquiera quiere imponerle el orden, a cualquiera pretende culpar de lo que se le ocurra y a cualquiera puede poner tras las rejas porque así se le da su regalada gana, sin pensar que todos los ciudadanos tenemos derechos y obligaciones.

Pero hablando de las obligaciones de un policía, no como Don Satanás, sino un policía común y corriente, siempre sabe hasta donde puede llegar antes de que el camino le coloque diversos avatares que repercutirían en su fama pública. Porque si bien se tiene que aplicar la ley, también se tiene que guardar el orden público, pero nadie tiene permiso para cometer excesos de la fuerza pública, como lo ha venido practicando Don Satanás.

Si usted va a la isla de Cozumel, tenga mucho cuidado con Don Satanás, es más, como no lo conoce, no se acerque a ningún policía no vaya a ser que por desgracia se encuentre a Don Satanás y le imponga una llave de esas que lo dejan inmóvil y duele a madres. Caray, que les cuesta a los gobernantes hacerles un examen psiquiátrico a quienes están a cargo de la ley y el orden, porque en cualquier día don Satanás, y otros que se sientan así de especiales, pudieran torcer la ley así como le tuercen el brazo a quienes detienen. Pobre Cozumel. Al tiempo. [email protected]

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Si de algo puedo tener la seguridad, es de que muchos de los lectores de esta colaboración se sentirán bastante enojados después de relatar un suceso que ha conmocionado a los habitantes del estado de Quintana Roo.

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.

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