El fentanilo en Quintana Roo
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Por desgracia este país, desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, se ha significado como la oportunidad más propicia para que los grandes capos de las drogas hagan su agosto, porque la instrucción presidencial es de que no se les toque ni siquiera con el pétalo de una investigación. Para decirlo más claro, ellos y su poder resultaron fundamentales para su arribo al Poder Presidencial.
Quienes conocen del tema, han advertido que esa droga pudiera causar la muerte de aquellos que por desgracia caen en las redes de esta nueva experiencia. Lo menos que puede causar es daño cerebral, estado de coma, náuseas…o por desgracia la muerte. Y quiero ser responsable de mis palabras, porque hasta ahora quien ha otorgado el permiso a la delincuencia organizada para tomar el control de los territorios ha sido el propio Presidente de la Republica, si, y se llama Andrés Manuel López Obrador, así de sencillo.
Habrá que señalar que el fentanilo es un opioide sintético, y de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos, es considerado hasta cincuenta veces más fuerte y poderoso que la morfina. Los tipos de esta sustancia son farmacéuticos y el fabricado, ha sido para el control de dolores intensos como los generados a causa de diversas operaciones o etapas avanzadas del Cáncer.
Por lo pronto, el Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, ha explicado que mal igual que la morfina y otros opioides, el fentanilo actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Después de consumirlo, el cerebro se adapta a la droga y su sensibilidad disminuye drásticamente, lo que provoca dejar de sentir placer con otra cosa que no sea el fentanilo.
Los efectos son: falsa sensación de felicidad extrema. Aletargamiento, nauseas, confusión, estreñimiento, sedación, tolerancia, adicción, paro respiratorio, pérdida del conocimiento, coma, y la muerte. Así de simple la circunstancia que nuestras juventudes han estado viviendo, y que poco le importa a quien dirige los destinos del país, porque como lo hemos constatado, siempre ha estado del lado de la delincuencia antes que velar por el bienestar de los mexicanos.
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Lo peor es que al reducir la cantidad de oxígeno en el cerebro, se puede generar un estado de coma, así como causar daños permanentes en el cerebro, y por desgracia, después la muerte. En lo personal no se en donde tiene la cabeza el Presidente de la Republica, porque antes que estar del lado de los mexicanos se ha colocado del lado de la delincuencia organizada. Y no tenemos que dar pruebas de ello, porque el Presidente lo hace públicamente todos los días. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.