Discriminación quintanarroense
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas la diferencia en este país sigue siendo un lamentable tabú. Y eso quiere decir que seguimos adelante con la circunstancia de la carencia de respeto y el utilizamiento de prejuicios de carácter social o psicológicos. La forma en que nos hemos desarrollado como nación ha implicado en los últimos tiempos una lucha por el respeto de las diferencias que mantenemos entre nosotros, porque hasta ahora la discriminación ha sido un cancer social que se presenta en todos los estratos de nuestra lamentable realidad.
Ahora resulta que Quintana Roo ha entrado en una fase de pretender incrementar el odio a las diferencias, y eso no lo podemos aceptar por ningún motivo ya que estaríamos condenándonos a dejar a un lado a una comunidad que hasta ahora sigue luchando por sus derechos, y su reconocimiento a esa diferencia. Y no se trata de que se les observe como un cancer social, porque muchos de ellos son profesionistas que aportan todos los días su trabajo para mejorar las condiciones de vida en el sureste mexicano.
Este estado de la Federación se encuentra ahora entre las diez entidades donde la comunidad LGBT ha venido denunciando el incremento de la discriminación y en ocasiones agresiones por su orientación sexual. En los tiempos en que vivimos la diferencia ha sido aceptada por la mayor parte de los mexicanos, y hasta ahora no ha sido un obstáculo para que la nación se siga desarrollando ante los mejores parámetros de su historia como una sociedad madura y con la aceptación de las diferencias.
Quintana Roo se encuentra en el noveno lugar entre los estados que mayor discriminación registran, y esa circunstancia ha provocado ataques violentos que hasta ahora han generado una alerta porque no es un asunto menor, por el contrario, a este lugar llegan muchos integrantes de la comunidad Lésbico Gay, y esas visitas dejan dividendos que a la larga sirven para que los procesos económicos sigan siendo positivos en cuanto a la generación de riqueza.
Pero también habrá que señalar que esta circunstancia no es algo novedoso, y me refiero a la homosexualidad, porque existe desde los orígenes del mundo civilizado, como lo fue en su momento Babilonia o Egipto. En la antigua Grecia y el imperio Romano, la sexualidad se vivía de forma diferente a la que la entendemos hoy en día, y en esa época la bisexualidad era la norma, y eso quiere decir que ante los mayores parámetros de libertad de los que ahora gozamos, es detestable que existan seres que agredan de obra o de contienda a un ser que tiene los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Y no se trata de entronizar a la homosexualidad como una disfunción de nuestra sociedad, por el contrario, la normalidad tiene que ser incluyente, porque quienes han decidido su vocación sexual son hombres y mujeres que aportan y se incluyen en los parámetros de los procesos de la economía, y mucho más en este estado que se precia de ser el filón mayor del turismo en este país. No nos equivoquemos, la discriminación es lo peor que le puede pasar a un ser humano, tanto cuando la recibe, o la promueve, y eso no lo podemos admitir por ninguna razón. Como dice el refrán, “vive y deja vivir”. Así de simple. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.