Explotación y abuso de menores
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Después de muchos meses que se señalo que se estaba presentando un problema de abuso y explotación de aproximadamente trescientos menores de edad, a quienes obligaban a trabajar y a prestar servicios sexuales sin que alguna autoridad se preocupara de ello, las recurrentes denuncias públicas al parecer han comenzado a generar una reacción entre las autoridades municipales. Ojalá también la Gobernadora Mara Lezama se involucre porque los niños deben tener prioridad.
Las investigaciones que hasta ahora se han realizado de acuerdo con Guadalupe Alcocer Espadas, han determinado que existen diversos casos de trabajo infantil y abuso sexual, lo que quiere decir que este problema no es algo novedoso y que quizá lleva mucho tiempo sin que alguien se haya atrevido a lanzar la voz de alerta para proteger a los niños y castigar a quienes sin miramientos los explotan.
Por lo pronto habrá que señalar que la explotación y el abuso infantil se refiere a toda la intrusión física cometida o amenaza de intrusión física de carácter sexual, ya sea por la fuerza, en condiciones de desigualdad o coacción. Pero también hay que señalar que cuando un agresor lastima intencionalmente a un menor, ya sea física, psicológica o sexualmente, incluyendo el actuar de manera negligente, el crimen es denominado abuso infantil.
Pero también habrá que señalar que la,explotación suele presentarse en distintos ámbitos, como el sexual, los trabajos y servicios forzados, la mendicidad y los matrimonios serviles, entre otros. México está entre esos países donde muchos menores son explotados debido a la pobreza y la necesidad de maño de obra barata, y por eso los niños por fuerza trabajan en la agricultura, en las calles o bien en la minería con los riesgos que ello conlleva.
Bien dicen los especialistas que para resolver un problema lo primero que se tiene que hacer es encontrar las causas, y eso quiere decir que hasta ahora los gobiernos han sido omisos en materia de prevención, y por eso el éxito de los explotadores de menores que aprovechan la pobreza para mantener un sistema de neoesclavitud, que deja grandes ganancias, a la vez que muchos traumas para los menores que caen en sus garras.
Hasta ahora los gobiernos de Quintana Roo han sido omisos con este tipo de problemas, porque están más en la comodidad de sus feudos laborales, antes que en las necesidades de aquellos que por desgracia están enfrentando un negro destino y que han sido abandonados a su suerte. Ojalá la Gobernadora Mara Lezama repare en este tipo de circunstancias porque los niños también cuentan y deben seguir contando. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.