Mensaje dominical para este Primer Domingo de Cuaresma
Mensaje dominical del obispo Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, LC. para este Domingo 26 de Febrero del 2023.
¿Por qué hago el mal que no quiero y no hago el bien que si quiero?
1. Así expresaba San Pablo esa lucha entre el bien y el mal que se entabla en el corazón humano. Es el misterio de la maldad en el mundo y de la maldad que puede envolver el corazón humano. ¿Por qué hacemos el mal que no queremos? Este misterio del bien y del mal comienza a esclarecerse en la primera página del génesis, cuando se narra la tentación y la caída de Adán y Eva de una manera metafórica la serpiente, el más astuto de los animales tentó a la mujer diciéndole:” ¿Cómo es que les ha dicho Dios que no coman de ningún árbol del jardín? La tentación siempre comienza con una mentira, porque el demonio es mentiroso y padre de la mentira. La serpiente logró engañar a la mujer diciéndole que comiendo de ese árbol se les abrirían los ojos y serían como dioses en el conocimiento del bien y del mal. Comieron del árbol, se dieron cuenta de que estaban desnudos, su mente quedó confundida y por la vergüenza y el miedo se escondieron de Yahvé en el jardín. Desde el inicio de la humanidad comenzó la historia del engaño, del pecado y de la muerte.
2. Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte; de la misma manera por un solo hombre, Cristo Jesús, entró la salvación en el mundo. Si por la trasgresión de uno murieron todos, por la obediencia de uno, Dios otorga la gracia del perdón a los hombres. Si por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, ahora por un solo hombre Jesucristo vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos. Ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el tiempo de la salvación. Arrepiéntete y cree en la buena nueva de la salvación.
3. Hoy Jesús nos enseña como vencer a satanás, el tentador, el engañador, el padre de la mentira. Ante la mentira Jesús se defiende y vence al tentador con la verdad de la Palabra de Dios. Ante la seducción y el engaño de la soberbia, de la vanidad y de la egolatría, Jesús proclama la soberanía, el respeto y la obediencia a Dios. Ante la seducción de poner en primer lugar el poder del mundo y la riqueza, Jesús reacciona con energía y firmeza: “Apártate de mí satanás, porque está escrito: “Al Señor tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”. Con el demonio no se dialoga, sólo la Palabra de Dios es la espada que lo vence. Jesucristo venció el pecado y la muerte con su muerte y resurrección y hoy nos enseña a usar las armas de la victoria: oración, ayuno y la espada de la Palabra de Dios. Así sea.
+ Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. L. C. Obispo de Cancún-Chetumal