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Mensaje dominical del Obispo:“REMA MAR ADENTRO”

Mensaje dominical del Obispo:“REMA MAR ADENTRO”

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“REMA MAR ADENTRO”
1. No tirar la toalla
Jesús encuentra a Pedro a la orilla del lago lavando las redes de su barca. Había trabajado
en vano toda la noche, había echando una y otra vez las redes, sin poder pescar nada.
Estaba cansado, triste y desanimado, pues toda su fatiga había sido en vano. Jesús le pide
primero que le permita usar su barca para predicar a la multitud que se agolpa en torno a él,
pero luego le pide que vuelva una vez más a echar las redes para la pesca en pleno día
cuando había menos posibilidades de pesca. En nuestra propia vida muchas veces nos
encontramos cansados, desesperados y con ganas de tirar la toalla. Hemos intentado tantas
veces mejorar la relación con la esposa o con los hijos, pero todo ha sido en vano. Hemos
intentado sacar un proyecto adelante, pero todo nos ha fallado. Hemos intentado conseguir
una meta, pero siempre algo ha fallado y nos encontramos como Pedro tristes, cansados y
sin ganas de volver a intentarlo.
2. Cristo se cruza por nuestro camino
En esos momentos de desaliento y de desesperación Cristo se cruza en nuestro camino.
Cristo pasa por la rivera de nuestra vida, quiere entrar en la barca de nuestra existencia y
sobre todo hacer resonar su voz poderosa y penetrante: “Rema mar adentro y tira otra vez la
red para la pesca”, Cuando Pedro oyó ese mandato dulce y suave, pero enérgico, replico:
“Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiando en tu
palabra, echaré las redes”. La clave del éxito no está en confiar en nosotros mismos, en
nuestra pericia y en nuestra experiencia. La clave del éxito en las cosas de Dios está en
confiar plenamente en el poder de Dios nuestro Señor y poder decir como san Pedro: “En tu
nombre echaré las redes una vez más”, Dios hace maravillas con las almas que confían
plenamente en él, Dios hace fecundos a los humildes porque tienen toda su fe y toda su
confianza puesta en el poder omnipotente de su Señor. Cristo puede hacer fecundos los
momentos más estériles de nuestra vida cuando confiamos solo en él.
3. Pescador de hombres
La pesca milagrosa fue tan grande, que las dos barcas casi se hundían con la cantidad de
peces que cogieron. La pesca milagrosa llenó de miedo y de asombro a Pedro y a sus
compañeros, pero Jesús le dijo: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres”. Aquel
encuentro de Pedro con Jesús cambio toda su vida, dejó la barca sus redes y a su padre y se
fue con Jesús. Cuando dejamos que Jesús se meta en nuestras vidas y ponemos en él toda
nuestra confianza; cuando nos dejamos conducir por sus mandatos, orientaciones e
instrucciones, entonces se producen los grandes milagros más inesperados e insospechados.
Que cada vez que me sienta triste y desanimado por no haber logrado conquistar una meta o
una ilusión, que no deje de tirar una vez más la red, pero ahora sino en nombre propio, sino
en nombre de nuestro Señor Jesucristo, así sea.
Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas
Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal

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Adriana Solis Davlos

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