Mensaje dominical del Obispo : EL TIEMPO PASA, LA ETERNIDAD NOS ESPERA.
EL TIEMPO PASA, LA ETERNIDAD NOS ESPERA.
1. Cuando llegaron por primera vez los misioneros cristianos a Inglaterra el Rey reunió a los
Lores en el palacio y les preguntó si era conveniente aceptar en su Reino esta nueva religión. Uno
de los Lores se levantó y dijo: “su majestad la vida del hombre en esta tierra es como esa avecilla que entra en esta sala luminosa y cálida, revolotea un rato y luego sale por otra ventana. Entró de
la oscuridad y el frio y sale otra vez a la oscuridad y al frío. Así es nuestra vida no sabemos de
dónde venimos ni a donde vamos a parar. Si esta religión nos enseña algo de este misterio del
origen del fin de la vida, aceptémosla.
2. Jesus nos enseña hoy cual es el origen y cuál es el fin de nuestra existencia. El Padre ha tenido
a bien darnos su Reino y nos espera en el con los brazos abiertos. Somos sus creaturas, no
nacimos por casualidad, no vivimos por inercia, no nos morimos de cansancio, ni aburrimiento.
Dios es nuestro creador, pero también es nuestro Señor. Somos sus siervos y administradores de
sus dones. Somos sus siervos llamados a cumplir un servicio y el Señor nos encarga una tarea y
una misión especial. Al final de los tiempos el Señor nos pedirá cuentas de nuestra
administración. Si el siervo conociendo la voluntad de su amo no ha hecho lo que debía, recibirá
muchos azotes. Y el siervo que no conoce la voluntad de su amo y haya hecho algo digno de
castigo, recibirá pocos azotes. Por tanto, en nuestra vida lo más importante es cumplir la misión
encomendada.
3. El mensaje de este domingo, es que aprovechemos la vida para hacer méritos y ganarnos el
tesoro del cielo. El mensaje es que permanezcamos en vela, preparados y afanados, para que
cuando llegue la hora de nuestra muerte el Señor nos encuentre en vela, preparados para recibir el
premio del Reino eterno. Estar siempre preparados y en vela porque el tiempo en que menos
pensemos vendrá el Hijo del hombre. Lo que se espera de un siervo bueno es la fidelidad y la prudencia. Lo que hace un siervo infiel y necio es pensar que su amo tardará mucho en llegar y
empieza a maltratar a los criados y a las criadas a comer, a beber y a embriagarse. Pero el día
menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente. No
debemos tener miedo, porque el Padre celestial nos espera en su Reino para decirnos: “siervo
bueno y fiel entra en el gozo de tu Señor, entra en el banquete preparado para ti desde antes de la
creación del mundo. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber,
estaba desnudo y me vestiste, estaba triste y me consolaste”. El tiempo pasa, la eternidad nos
espera. No desaprovechemos ninguna oportunidad para hacer todo el bien que podamos hacer.