ONGS se alejan de las causas humanitarias e inducen perversos movimientos sociales
Las organizaciones no gubernamentales persiguen intereses diferentes e incluso contrapuestos y lucrativos afirman analistas. AMLO reafirma que son ONGS farsantes con pseudoambientalistas que frenan el desarrollo y bienestar de los pueblos por defender intereses de financiamientos de E.U y otros países.
Por Ariel Velázquez
CDMX: Cabe destacar que el gobierno de México, Andrés Manuel, ha sostenido que las ONGS como Greenpeace e Indignación A.C; quienes han tratado de frenar sus proyectos del sexenio con amparos y protestas, son los nexos del intervencionismo de E.U y de otros países del extranjero; que atacan el desarrollo y la competitividad de los mexicanos en el mundo.
AMLO no cesa de calificarlos de farsantes pseudoambientalistas, desestabilizadores, manipuladores de los pueblos y explotando la pobreza con movimientos de las masas sociales; sobre todo en las comunidades y pueblos indígenas. Además el Presidente afirma que son conservadores y neoliberales cuando les conviene; que son de doble moral, no rinden cuentas, Siembran y toman banderas como organizaciones de movimientos sociales y no como ONG que deben tomar causas contra la pobreza de los pueblos y gestionar la ayuda humanitaria. Por eso ante esa complejidad y de múltiple intereses las están llevando a vivir en crisis y ser más lucrativas por servir a intereses corporativos de magnates y gobiernos del extranjero.
“Ya nosotros sabemos que recibían dinero de las organizaciones empresariales, de algunos empresarios o influyentes. También de la Embajada de Estados Unidos, pero ellos deberían de decir: ‘Así nos financiamos y con este dinero pagamos abogados para promover los amparos en contra de las obras que está haciendo el gobierno. Con este dinero financiamos a supuestas organizaciones de la sociedad civil o asociaciones no gubernamentales’. ¿Por qué no informan?”.
Es bueno por eso precisar que cuando las ONGs, son evaluadas no salen con resultados positivos. En 1990 había en el mundo 22.334 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) legalizadas, según el Anuario de la Unión Internacional de Asociaciones. Ante la opinión pública, las ONGs están animadas por una virtud, por unos principios humanitarios incuestionables y con unos objetivos loables. Sin embargo, las ONGs también hay muchas que son ineficaces y, en ocasiones, hasta nocivas; (Greenpeace e Indignación) .
En efecto, las ONGs se encuentran hoy en una encrucijada; conforme aumenta la cooperación internacional aumenta también el volumen de recursos que administran. Como consecuencia, su trabajo se analiza y se cuestiona con interés creciente. Por otro lado, se está abriendo paso la sociedad a la constatación del hecho de que décadas de “ayuda al desarrollo” han desembocado en un rotundo fracaso.
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Los ciudadanos, son cada día más conscientes de que sus contribuciones, directas o indirectas para el Tercer Mundo no presentan resultados positivos pues cada día la situación se agrava en los países supuestamente ayudados. Y se piensa, con razón, que en todo esto existirá también un cupo de responsabilidad por parte de las ONGs. Se podría decir, que hoy día las ONGs están bajo sospecha; dedicadas a objetivos que no son con los que fueron registrados para su creación. Han demostrado no ser ningún espejo inmaculado. Afortunadamente, todavía sigue existiendo un puñado de ellas, serias, autocríticas y comprometidas. Es hora ya de separar el trigo de la paja. Ha llegado el momento de plantear un debate claro y rotundo sobre quién es quién entre las ONGs; si realmente son necesarias porque ya perdieron el rumbo y solo están representando a intereses de quienes son sus financieros internacionales.
Por eso es relevante lo que AMLO no se cansa de reafirmar que EU financia a ‘pseudoambientalistas’ en contra de Tren Maya y del intervencionismo en las comunidades de los municipios de algunos estados en el país.
Además aclara que “Nosotros no ejercemos presión contra nadie y lo que hicimos en el caso del Tren Maya fue presentar toda la información que nos solicitaron y además hacer uso de la facultad que tenemos para declarar una obra de interés público, de interés nacional, de seguridad nacional, y eso fue lo que hicimos. Y mientras se resolvía lo de los amparos hubo este decreto que nos permitió avanzar. Y qué bien que ahora ya el juez está desechando todos esos amparos.
Porque “No son los campesinos, no son ejidatarios, son pseudoambientalistas, cada vez estoy más convencido que son unos farsantes (…) esa destrucción la están llevando a cabo empresas extranjeras muy poderosas, acostumbradas a cooptar a todo el que se deja, entonces, vamos a continuar, es el tren maya una obra importantísima para el desarrollo del sureste”, aseguró AMLO sobre las personas que se han opuesto a la construcción.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha aseverado que el Gobierno de los Estados Unidos financia a los “pseudoambientalistas” que promueven acciones judiciales contra el Tren Maya. López Obrador apuntó que se tuvo que declarar a dicha obra prioritaria como de seguridad nacional para evitar este tipo de intervencionismo y que no se siguiera perdiendo el dinero del pueblo de México.
“Cuando toda la gente está de acuerdo y los dueños de los terrenos por donde va a pasar el Tren Mata están dando todos su anuencia, los campesinos, los propietarios, todos. Y llegan de la Ciudad de México y de otras partes del país, pseudoambientalistas, financiados por el Gobierno de E. U. y nos promueven estos amparos”.
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Ante los embates de estos “hambrientalistas”; como les llama igual; “Se recurre a un procedimiento que establece la ley que es declarar esta obra de seguridad nacional, por muchas razones, porque está interviniendo un Gobierno extranjero, porque se pierde dinero del pueblo”. “Estados Unidos, porque se aplican tácticas dilatorias, porque no hay justicia expedita”.
“Lo que se está haciendo es darle continuidad a una obra pública importantísima que fue sujeta a una consulta de todos los habitantes. Todos estuvieron de acuerdo y se ha cumplido con todos los procedimientos”.
Activistas recurrieron a amparos en los últimos meses y han exigido al Gobierno suspender el tramo 5 por haber provocado la tala de miles de árboles, contaminar ríos subterráneos y dañar patrimonio natural y arqueológico.; por eso El presidente López Obrador reveló hace unos días que declaró el Tren Maya como una obra de “seguridad nacional” para continuar su construcción a pesar de los amparos obtenidos por ambientalistas.
Los opositores al proyecto deben saber que desde 2019, los pueblos originarios del sureste dieron su apoyo a través de la Consulta Indígena para la construcción del Tren, y se abrió un dialogo continuo y permanente con las comunidades indígenas. De ahí que los amparos contra la construcción del Tren Maya no sean promovidos por los aledaños sino por grupos ajenos a pobladores de la zona.
De otro modo ¿no es raro que no haya ningún amparo de ejidatarios, de los propietarios, sino de supuestos ambientalistas que de repente surgen? ¿Quién mejor para cuidar los bienes de la naturaleza que sus guardianes ancestrales que son justamente las comunidades indígenas?
¿Dónde estaban los pseudoambientalistas (hoy protagonistas de la polémica en torno al tren Maya) cuando hace años empezó la verdadera devastación del sureste de México? El proyecto del Tren Maya es una obra que avanza en diálogo permanente con las comunidades y pueblos indígenas, porque a diferencia de antes, ahora en México se gobierna con el pueblo. A diferencias de obras particulares que durante años devastaron el sureste de México, el Tren Maya reforesta y fortalece las áreas verdes y los ecosistemas de la región.
Ni la oposición, ni los discursos de mentiras de los pseudoambientalistas y tampoco ninguna campaña engañosa fatalista de las ONG descarrilarán al Tren Maya.
La Semarnat por su parte afirma que ante las publicaciones que circulan en redes sociales, con desinformación o información errónea, en las que distintas personas y pseudoambientalistas hacen creer a la población en general que el Gobierno de México promueve la devastación medioambiental en el sureste mexicano, se comparten algunas situaciones graves de los últimos 30 años que sí han dañado la riqueza natural de esa región y que no fueron dignas de levantar la voz de quienes hoy se ostentan como defensores del medio ambiente y además cuando ya pierden sus dadivas; atacan a quienes legalmente están en reglas y cumplen con la normatividad para ser sustentables y que van cuidando el medio ambiente.
ONG y movimientos sociales inducidos
Las ONG no están destinadas para incitar movimientos sociales; experimentar la acción colectiva de las ONG es involucrarse en los cambios estructurales en la sociedad, como el surgimiento de la sociedad postmaterial y la difusión de las nuevas tecnologías de la información, como Internet, la telefonía celular y el uso de las redes sociales, facilita la interacción y politización de los movimientos sociales (y por lo tanto de las ONG que forman parte de ellos).
Los teóricos de los movimientos sociales también concuerdan con el enfoque de la sociedad civil en que la globalización de las relaciones políticas y económicas genera una superposición de diferentes niveles de autoridad, creando un espacio cambiante de interdependencia entre actores políticos, que abre oportunidades para el acceso de los movimientos sociales a las principales esferas de poder (William Fisher, 1997). Un ejemplo de ello, son las cumbres mundiales de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), que funcionan como escenarios políticos en los que individuos y organizaciones, identificados por una o varias causas, se reúnen para discutir estrategias, elaborar plataformas y revisar sus agendas.
En relación con este argumento, algunos autores centran su análisis en el ámbito trasnacional, siendo numerosos los estudios sobre la acción colectiva de ONG y movimientos sociales que provienen de este campo (Tarrow, 2005; Della Porta y Diani, 2006). Las autoras Keck y Sikkink (1998) han formulado el concepto de redes defensoras de causas (advocacy networks), formadas por ONG, movimientos sociales, intelectuales y políticos, que trascienden las fronteras entre países. Su investigación analiza como las redes de defensa utilizan de forma eficaz estrategias y canales internacionales para presionar a los gobiernos a cambiar su posición en un determinado problema.
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A partir del análisis de casos que difieren en el tiempo; por ejemplo la presión ejercida sobre la dictadura argentina por las Madres de la Plaza de Mayo en la década de los noventa del siglo XX y la presión sobre el Parlamento inglés de la Antieslavery Society a principios del siglo XIX—, se demuestra la validez de este argumento en diferentes contextos políticos y sociales.
De acuerdo con este análisis, las ONG tienen una posición privilegiada para intervenir en el proceso político, al contar con una estructura estable y recursos, que les permite difundir ideas y valores que influencian la definición de un problema público, provocando con ello cambios en las políticas públicas.
Las ONG no se deben confundir con los movimientos sociales; sin embargo representan una parte significativa de ellos, y en algunos casos los inician (Clarke, 1993; Davis et al., 2005; Della Porta y Diani, 2006). El objetivo de este enfoque es precisar en qué se diferencian estas organizaciones de los movimientos sociales. No existe una respuesta fácil, algunas ONG nacen como movimientos sociales que más tarde se convierten en organizaciones estructuradas y formalizadas, un ejemplo es ATTAC (Asociación para la Tributación de las Transacciones financieras y la Acción Ciudadana), que tiene como uno de sus objetivos principales el establecimiento de una impuesto mundial sobre las transacciones financieras, que se destinaría a la lucha contra la pobreza mundial.
ATTAC es una ONG pero al mismo tiempo pertenece a un movimiento social trasnacional: el movimiento por la justicia global. Las ONG se definen a partir de las funciones que desempeñan como parte del movimiento social (Della Porta, 1999; Della Porta y Diani 2006). Entre otras, se enfatiza su función en la definición de metas y en la organización de actividades para conseguirlas; provisión de servicios administrativos y logísticos destinados a los participantes de los movimientos sociales; tienen la capacidad para administrar y controlar las contribuciones de los miembros; acopio recursos de su entorno que pueden ser útiles para la causa del movimiento social; selección, entrenamiento y substitución de las bajas de miembros (Della Porta y Diani, 2006).
Los recursos que aportan de su entorno las ONG son financieros o personal (sea voluntario o profesional) o corporativista, pero también el prestigio; un elemento necesario para neutralizar a oponentes, incrementar el reconocimiento y conseguir el favor de la opinión pública en general y de las élites (McCharty y Zald 1987; Della Porta et al., 2006). Las ONG aportan un cierto grado de estabilidad a los movimientos sociales puesto que ayudan a garantizar la continuidad de la acción colectiva precisamente por su tendencia a la autoperpetuación. Tarrow (2005), en cambio, considera que la principal diferencia entre las ONG y los movimientos sociales lo constituyen sus estrategias de movilización. Ambos pueden tener como meta el cambio social, pero los movimientos sociales se caracterizan por mantener acciones de protesta de forma sostenida y confrontación, mientras que las ONG mantienen transacciones y una interacción rutinaria con el Estado y otras instituciones internacionales.
En resumen, desde el enfoque de los movimientos sociales, las ONG se definen como: Estructuras institucionalizadas, y por lo tanto más estables que los propios movimientos sociales. Las ONG tienen una estructura organizativa estable que ayuda a articular las protestas y la acción colectiva (Diani y Eyerman, 1992). En algunos casos, las ONG inician los movimientos sociales y son un importante soporte para la continuidad del movimiento a través de su participación en el movimiento o de la formación de alianzas (Della Porta y Diani, 2006). Al igual que en los otros enfoques, la etiqueta de movimiento social engloba a las ONG pero va más allá.
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Estas organizaciones son un actor más dentro de la amalgama que une a un movimiento social, que aporta continuidad a la acción colectiva. En esta línea, la perspectiva de los movimientos sociales señala que puede existir una relación de cooperación y no sólo de conflicto entre ONG y gobierno pero no profundiza en las características de esta interacción. El enfoque del tercer sector se centra en esta interacción, analizando la función de las ONG como actores que complementan la acción de los gobiernos a través de la implementación de las políticas públicas.
ONG y sus intereses diferentes
La diversidad y heterogeneidad que caracteriza a las ONG dificulta el desarrollo de una definición consensuada. No existe un único modelo de ONG, estas organizaciones pueden perseguir intereses diferentes e incluso contrapuestos. La función que desempeñan en las políticas públicas también varía dependiendo de los fines y de los recursos de la organización. Algunas de ellas complementan la acción del Estado, mientras que otras se oponen a él (Frantz, 1987). Por tanto, definir qué son las ONG y aclarar cuáles son sus funciones en las políticas públicas es un problema en sí mismo.
No obstante, la pluralidad de enfoques y el uso de una etiqueta diferente para referirse a la acción colectiva de las ONG generan una fragmentación que complica la sistematización de preguntas teóricas sobre las ONG.
Esta dificultad obliga al investigador a formular una definición ad hoc, aquella que corresponde mejor a los supuestos de la investigación en función de las variables que se analicen en relación con el papel de las ONG en el sistema político. Es decir, la definición de las ONG y los objetivos de la investigación pueden variar dependiendo de la aproximación teórica aplicada; si el objetivo es demostrar la influencia política de las ONG, las aportaciones de la perspectiva de los grupos de interés y los movimientos sociales ofrecen importantes herramientas para el análisis; si el objetivo es demostrar su capacidad para fortalecer las democracias contemporáneas, el enfoque de referencia es el de la sociedad civil; en cambio, si el objetivo es demostrar su eficiencia como proveedoras de servicios sociales y como soportes de la gobernanza, la perspectiva adecuada puede ser la del tercer sector.
Las cuatro perspectivas analizan el mismo fenómeno utilizando términos diferentes para definirlo. Esta segmentación en la conceptualización provoca la impresión de que existen diferencias sustanciales entre cada uno de los enfoques, que impide que una ONG sea considera a la vez como sociedad civil, como tercer sector, o como grupo de interés y como parte de un movimiento social. Partiendo de esta reflexión, como conclusión final de este artículo se propone una definición operativa en relación a sus funciones en el proceso político, social.
Las ONG cumplen diversas funciones, como la provisión de servicios y el control de la acción de los gobiernos, movilización política y el establecimiento de la agenda. Son defensoras de causas y por tanto buscan influir en la definición de los problemas públicos a través de diferentes mecanismos y estrategias, para ello actúan de forma individual o a través de plataformas y movimientos sociales. En la defensa de una causa se convierten en expertos que utilizan la creación y difusión de información especializada con el objetivo de influir en el resultado de las políticas.
El problema es que luego abusan y usan a los pueblos cuando logran tener influencias y de esa manera defienden intereses que más convengan. Las ONGs están viviendo una etapa muy compleja y en crisis como resultado de sus intereses e involucramientos en políticas públicas. En defender la competitividad mercantil de empresas extranjeras.