Excesos que “matan” a los políticos
Hace unas semanas, en mis constantes viajes al interior del Estado de Quintana Roo, los que combino con reuniones periodísticas con un grupo de bohemios dedicados a la escritura y la mayoría hemos publicado libros, novelas o recopilaciones de experiencia en este noble oficio del periodismo.
En una de esas mesas, hablamos sobre las familias políticas que fundaron todo el sistema para la convivencia de la sociedad quintanarroense, los nativos y los que llegaron de otras latitudes, éstos últimos en las décadas de los 70-2000 no tenían oportunidad de ascender a puestos de primer nivel, porque eran considerados “huachos”, o sea fuereños.
Pero eso cambió, y la primera camada de esos políticos y sus descendientes, fueron cediendo espacios en el gobierno estatal, en el municipal, en el Poder Judicial y en el Poder Legislativo, al grado de ser desplazados y estar ahora en el abandono político en su respectivo municipio, o retirados por decisión propia.
Por poner un ejemplo, los cozumeleños que fueron muy prolíferos en la política, principalmente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy están quizá en “sueño”, y aunque sus opiniones aún pesan, prefieren guardar silencio. Menciono algunos como Pedro Joaquín Coldwell, que llegó a ser hasta Secretario de Estado; su hermana Ady que después de pasar a la oposición, estuvo activa unos años, luego se apagó. Luego Félix González Canto y su equipo donde estaba Salvador Rocha Vargas, Fredy Marrufo Martín, Adriana Teissier Zavala; Sara Latife, entre muchos otros.
En la segunda mitad de la década del 2000, ahí en Cozumel salió una dupla prometedora que no tuvo problemas para alcanzar la presidencia y la diputación local, Aurelio “Lito” Joaquín González y Fredy Marrufo Martín, quienes llegaron con todo el respaldo ciudadano, al grado de hablar del relevo generacional en la política quintanarroenses y futuros candidatos del gobierno del Estado, diputación federal o senaduría; pero los excesos de poder, la ambición y de todo tipo de dichos excesos acabaron con su respectiva carrera política y solo quedaron los recuerdos. Un ejemplo más es el de Roberto Borge Angulo.
Otro de los políticos prometedores, fue el panista Gustavo Ortega Joaquín, quien de haber cultivado su carrera, ya hubiese pasado por todos los cargos en los que estuvo su pariente Pedro Joaquín Coldwell. Las mujeres también incursionaron en puestos a nivel nacional, como Ady Joaquín, Sara Latife; recientemente Perla Tun Pech y Juanita Alonso Marrufo.
La plática de colegas nos llevó también a enhebrar la casta de políticos chetumaleños, pero que eso lo escribiré en otra ocasión. Solo quiero decir, que en esta década del 2020, nos hemos llevado cada sorpresa con los gobernantes en turno, quienes a no tener arraigo, prefieren llevar el dinero de sus honrosos sueldos a los lugares de origen, a invertir en su respectivo terruño, creando una nueva casta a las que yo he denominado “los piratas” de las política quintanarroense. Al tiempo…
SASCAB
Aunque presuntamente le han enviado “mensaje” intimidante al candidato de Movimiento Ciudadano (MC) a la presidencia municipal de Tulum, Jorge Portilla Mánica, hay un elemento que estos adversarios no consideran, la familiaridad y el paisanaje que tiene Portilla con los personajes más cercanos al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Digo esto, porque parece que estoy viviendo un proceso electoral de los noventa, época de mis pininos como reportero en un medio de comunicación de Hermosillo, Sonora, donde era gobernador en ese entonces Manlio Flavio Beltrones.
En ese entonces, el poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), aplastaba a la oposición a toda costa, quien no se alineaba lo mandaban a matar, desaparecían, lo enviaban a otro país, o en el menor de los casos, le creaban expedientes judiciales para encarcelarlo. No es de extrañarse que 30 años después, parece que la “película” está por repetirse, porque cambiaron las caras de quienes mandan en el país, pero las prácticas siguen siendo las mismas aplicadas por el otrora PRI. Ahí se las dejo…