El desastre del Tren Maya
La inauguración del tramo cinco del Tren Maya está programada para el veintinueve de febrero, ese que va de Cancún a Tulum, y de acuerdo con el calendario establecido por los responsables de la mega obra que ha causado un brutal daño a los ecosistemas del sureste del país, y que se han tenido que construir por el capricho de un sujeto al que poco le importa la viabilidad de la naturaleza y el daño a los cenotes.
Ahora resulta que las sesudas determinaciones de los constructores de la Mega obra del Tren Maya, han tomado la decisión de colocar pilotes en la mayor parte de las cuevas, o cavernas, que se han descubierto al paso de la construcción del capricho presidencial, que no es otra cosa que el afamado Tren Maya. La necedad presidencial le ha costado mucho a la naturaleza, y por desgracia el Presidente se montó en su burro y de ahí no los movió nadie. Ni el burro de abajo ni el burro de arriba.
Supongo que los constructores le advirtieron al Presidente de la Republica que esa parte del país es cavernosa, y además con muchos conductos de agua subterránea, lo que hacen más poroso el suelo, con el consiguiente peligro de que pueda presentarse una desgracia en cualquier momento en que los efectos del paso de los trenes comience a desgastar el suelo y por consecuencia provocar hundimientos.
Pero ni la vida de los mexicanos ni la naturaleza le importan al señor Andrés Manuel López Obrador, el burro que se ha montado en su burro y que poco le ha importado la naturaleza porque su obsesión no es hacer una obra que le guste y ayude a los mexicanos, lo que le ha gustado de esto que hace es el gasto de dinero de donde también incrementará esa enorme fortuna que hasta ahora detenta.
Ahora le dio por mandar que se coloquen pilotes dentro de las cavernas, que suman por miles en esa zona, pero cuando el capricho se coloca por delante del interés general, lo que viene a continuación son trabajos mal hechos porque por mucho que pretendan mantener la solidez de las cavernas, no habrá espacio alguno que no se dañe porque esos sistemas de cavernas responden a los miles de años que han estado goteando los ríos subterráneos.
Lo que hasta ahora no han entendido los que obedecen ciegamente los desvaríos y caprichos del Presidente de la Republica, es que esas cuevas están plagadas de colmillos de piedra que han sido moldeados gota por gota de esos escurrimientos tan conocidos en esa parte del país. Al Presidente le vale un soberano cacahuate, y seguirá mientras esté al frente del país, desgraciando todo lo que hemos hecho los mexicanos de todas las latitudes.
