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El cambio de piel de los alcaldes Atenea Gómez y “Chepe” Contreras, asimilados por Morena

El cambio de piel de los alcaldes Atenea Gómez y “Chepe” Contreras, asimilados por Morena

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Por: Javier Chávez Ataxca

Morena está rematando su alma al diablo por permitir con ligereza que sus adversarios políticos del pasado reciente ingresen a sus filas con todos los honores. Hay un racimo de ejemplos, pero resaltan los casos de la expanista Atenea Gómez Ricalde y el expriista “Chepe” Contreras Méndez, alcaldes de Isla Mujeres y Bacalar que apenas en 2018 rechazaron en las urnas al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Asimilar con motivación comodina a dos alcaldes rivales ofende a los morenistas genuinos que estaban decididos a enfrentarlos para plantar la bandera de la 4T en estos municipios del norte y sur, tal como intentan hacer al enfrentar a la joaquinista Lili Campos Miranda, alcaldesa de Playa del Carmen que compite con los colores facilitados por PAN, PRI y PRD.

Aceptar a la hija de la exalcaldesa panista Alicia Ricalde Magaña es una perversión de la política, porque la cínica metamorfosis de la exdiputada local panista Atenea exhibe la falta de principios del partido fundado por el Presidente Andrés Manuel, ya que se trata de ganar a cualquier costo y contados políticos resisten el llamado porque Morena es garantía de triunfo.

Atenea Gómez Ricalde votó por el panista Ricardo Anaya en el combate presidencial de 2018, mientras el “Chepe” Contreras lo hizo por el candidato priista José Antonio Meade. Ambos por separado despreciaron a Morena y lo derrotaron para llegar al poder en 2021, pero ahora son bautizados en la 4T porque pasan la prueba de popularidad, aunque tengan flancos muy vulnerables.

Mucho satanizan y se burlan del PRI, haciendo leña del árbol tricolor caído en desgracia, pero este partido fue el rey de la selva maya caribeña por varias décadas y ganó todas sus batallas con figuras propias, hasta que su alianza con el Verde Ecologista lo obligó a compartir posiciones con este aliado que se fue desarrollando hasta ser un partido que ahora se habla de tú con Morena, su nuevo socio.

El PRI del gobernador Roberto Borge permitió que el “Niño Verde” Jorge Emilio González encabezara la fórmula al Senado en 2012, llevando como segundón al exgobernador priista Félix González Canto, quien llevó todo el peso de la campaña que acompañó al exgobernador mexiquense Enrique Peña Nieto en su vuelo a Los Pinos, derrotando a Andrés Manuel.

La insensata sociedad del PRI con el Verde lo obligó a compartir territorios que habría ganado con propio esfuerzo, hasta que ocurrió su vergonzosa caída en 2016, cuando fue expulsado de Palacio de Gobierno por vez primera.

El espejo roto del PRI demuestra que los partidos tienen que volar solos, fortaleciendo a sus cuadros para que sean competitivos aunque prueben el ácido de la derrota en las urnas, pero la política siempre permite revanchas.

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