AMLO y el gobierno del narco
Las evidencias resultan incontrovertibles. Morena es el gobierno del narco, y hasta ahora han sido los propios miembros de la delincuencia organizada quienes han estado evidenciando las ligas del Movimiento de Regeneración Nacional con las actividades criminales que se han presentado en Guerrero y en diversas partes del país. Ante la evidencia, no existe defensa por parte del Presidente de la Republica, Andrés Manuel López Obrador, quien con ese cinismo que lo caracteriza intenta quitar el foco de atención acerca de sus ligas con el crimen organizado.
La pregunta que muchos nos hacemos es: ¿que motivó que los protagonistas del control de los territorios comenzaran a hacer señalamientos en contra del Presidente de la Republica? Sin lugar a dudas el incumplimiento de los pactos establecidos para que él alcanzara su más caro anhelo de llegar a la detentación del poder. Y esta circunstancia reafirma rotundamente que el Mandatario está metido en un grave problema con Estados Unidos.
El fracaso es ahora su mayor estafeta, y los más de ciento ochenta mil muertos será la herencia con la que Claudia Sheimbaun recorrerá el país pidiendo el voto de los mexicanos. El cinismo ha sido el sello de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y por consecuencia en el Gobierno de la Ciudad de México que hasta ahora sigue siendo la primera plaza más importante del país.
Lo más grave de estos tiempos es que nunca habíamos lamentado tantas muertes en todos los rincones de este aún maravilloso país, y de acuerdo a las estadísticas de los homicidios cometidos por esa delincuencia, hasta ahora las cifras resultan escandalosas porque según la contabilidad de los especialistas son más de ciento ochenta mil mexicanos asesinados.
La cloaca ha sido destapada, y en los sucesivo podremos enterarnos de muchas cosas que desde Palacio Nacional han ocurrido ante el azoro de los mexicanos de todas las latitudes del país. El debacle del Movimiento de Regeneración Nacional está a la vuelta de la esquina, y quedará siempre en la conciencia de los mexicanos como una de las más negras etapas de nuestro devenir histórico.
Esos más de ciento ochenta mil muertos provocados por el inquilino de Palacio Nacional, lo registrara en las páginas de la historia patria como el peor Presidente de la Republica, el más asesino de todos, el que se atrevió a cohabitar con los criminales, el que vendió a Nuestro país, México, a cambio de alcanzar el poder para convertir a la Nación en un brutal cementerio, y utilizar las arcas públicas como la caja chica de todos sus caprichos. Maldita sea la hora en que lo elegimos, pero como dicen por ahí, los pueblos tienen los gobernantes que merecen. La pregunta que yo me hago es: ¿de verdad los mexicanos nos merecemos esto?
