En días recientes me llegaron algunas informaciones relacionadas con los ricos en México (fuera de Forbes, Fortune y otras fuentes tradicionales), que indican que nuestro país es algo así como el paraíso de millonarios y del mercado de lujo.
Es una tradición en México que los reportes oficiales reseñan con particular y hasta desbordado optimismo la situación de la economía en general y de las finanzas públicas.
En muchas ocasiones he abordado en este espacio el tema de los mercenarios de la salud, que van desde los laboratorios y las farmacias, hasta los médicos particulares y, desde luego, los servicios hospitalarios y los doctores privados.