LA VIOLENCIA A LA ALTA EN CANCÚN
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Hasta ahora la Organización Mundial de la Salud a definido a la violencia como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona, o un grupo o comunidad que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. La clasificación de la Organización Mundial de la Salud, divide la violencia en tres categorías generales, según las características de los que cometen el acto de violencia.
Pero también es preciso señalar que la violencia interpersonal que incluye violencia familiar, que también incluye menores, pareja y ancianos, así como violencia entre personas sin parentesco, o la violencia colectiva, social, política y económica. Pero también es preciso señalar que la violencia en el trabajo no tan solo incluye el maltrato físico, sino también Psíquico,
Por cierto, muchos trabajadores son sometidos al maltrato, al acoso sexual, a amenazas, a la intimidación y otras formas de violencia psíquica. Los actos repetidos de violencia, desde la intimidación, el acoso sexual y las amenazas, hasta la humillación y el menosprecio de los trabajadores puede convertirse en casos muy graves por efectos acumulativos. Y ni que decir de la violencia juvenil, que daña profundamente no solo a las víctimas, sino también a sus familias, amigos y comunidades.
Hasta ahora Quintana Roo se ha mantenido en el nivel dos según la clasificación de seguridad que da a conocer periódicamente el Departamento de Estado de la Unión Americana desde por lo menos del año dos mil diecisiete. Por lo pronto en Cancún, según cifras oficiales, se han cometido la brutal cantidad de trescientos treinta y siete asesinatos, lo que habla de la inutilidad de los cuerpos policiales.
El problema es que los mecanismos de prevención en Cancún no han estado funcionando adecuadamente, ya que ha ingresado al top de las cinco ciudades más inseguras del país, y eso quiere decir que los mecanismos de disuasión no han estado funcionando adecuadamente, por lo que se debiera rehacer la estrategia de contención de este tipo de delitos. Ojalá Doña Mara Lezama tenga en cuenta que este tipo de circunstancias daña mucho al turismo.
Las ciudades más seguras del país son sin lugar a dudas: San Pedro Garza García, en Nuevo León, Benito Juárez en la CDMX Piedras Negras en Coahuila, Los Cabos en Baja California Sur, Saltillo en Coahuila, y Merida, Yucatan. El problema es que en Quintana Roo ya operan el Cartel de Sinaloa, Cartel de Jalisco Nueva Generación, Cartel del Golfo, Los Zetas, Los Pelones, Los Talibanes y los Zetas Vieja Escuela. Así andan las cosas por desgracia. Al tiempo.
