CONFLICTOS EN EL IMSS DE CHETUMAL
Por: Vladimir Galeana Solórzano
En ocasiones los conflictos se presentan en todas las instancias administrativas, y ese es un fenómeno que seguramente seguirá presentándose con mucha recurrencia a causa de los excesos de aquellos que se sienten, como se dice en el argot popular, “paridos por Dios”. La carencia de madurez de muchos funcionarios ha provocado conflictos de manera recurrente, y en Chetumal se está presentando otra vez uno de ellos.
Durante una protesta de trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social, que salieron de la Institución a la calles a protestar y exigir la destitución de la Jefa del Departamento de Servicios del IMSS a la que acusan de déspota y de violentar sus derechos laborales. Los inconformes señalaron que la Jefa del Departamento de Servicios de Desarrollo de los Trabajadores, que lleva por nombre Patricia Frias Lizárraga.
Los querellantes son más de ochenta empleados de la institución, que hasta ahora había venido trabajando de manera tranquila, pero los excesos por desgracia se presentan cuando quienes detentan un encargo, les da por sentirse únicos y despositarios del poder, para sancionar o llamarles la atención a quienes observan como adversarios antes que compañeros de trabajo en una de las instituciones más importantes del país.
Las querellantes que llevan la representación de los trabajadores han señalado que la Jefa de Servicios de Desarrollo, ha sido persistente en humillar a sus compañeras de trabajo lanzándoles insultos sin motivación alguna. Y esto no es otra cosa que la forma en que algunos funcionarios menores pretenden ponerse por encima de los demás, y esa es una arbitrariedad en donde sea que se presente.
De acuerdo a lo,que señalaron algunos trabajadores cuando la Señora Lizárraga due designada titular de la Jefatura de Los Servicios de desarrollo, han venido padeciendo insultos y humillaciones sin ningún tipo de justificación, lo que habla o indica que quizá los excesos de la titular provienen por su carencia de madurez para detentar un encargo público que le ha otorgado un espacio de poder.
Y esa circunstancia se presenta cuando la persona carece de la madurez suficiente para entender que el servicio público es eso, servicio y no imposiciones. Claro esta que la circunstancia que los afectados han venido relatando es propia de aquellos que al alcanzar un encargo, se sienten que están por encima de aquellos a los que le corresponde obedecer sus designios, sin detenerse a pensar que en el servicio público, el respeto por los demás es la que genera la capacidad operativa de las dependencias. Ojalá lo entienda. Al tiempo.
