Mensaje Dominical :“PONTE A ESCUCHAR”
			
“PONTE A ESCUCHAR”
1. Cuando las amigas de Jesús Martha y María lo invitan a su casa, una de ellas María se 
sentó a los pies del Señor y se puso a escuchar su palabra. Martha en cambio se afanaba 
en las cosas de la cocina y del servicio y se queja ante el Señor de que su hermana la 
haya dejado sola con el servicio. El Señor defiende a María y reprende a Martha porque 
anda inquieta y nerviosa por muchas cosas, cuando solo una es necesaria y alaba a 
María porque escogió la mejor parte. El mensaje de este Evangelio es muy claro, 
tenemos que escuchar más y afanarnos menos en las preocupaciones de la vida. Nos 
cuesta mucho trabajo escuchar y callar, pero Dios “decía alguien” nos dio dos orejas y 
una boca para escuchar lo doble de lo que hablamos. Escuchar no es fácil, porque no 
se trata solo de oír, sino de poner mucha atención, mucho interés, mucho corazón y 
mucha inteligencia en lo que estamos escuchando. Si es importante escuchar a nuestros 
hermanos, escuchar a nuestro esposo, escuchar a nuestros hijos y escuchar a nuestros 
papás; mucho más importante es escuchar a Dios porque él nos ama, porque él está al 
pendiente de nosotros, porque él sabe lo quenecesitamos, porque él puede darnos esa 
palabra de luz y de consuelo que tanto necesitamos, por eso es más importante escuchar 
a Dios que cualquier otra tarea o servicio.
2. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.
El que escucha la palabra de Jesús y permanece en ella se hace verdadero discípulo de 
Jesús, conoce la verdad y la verdad lo hace libre. La alegría de la verdad y la alegría de la 
libertad nos viene de la escucha de la palabra. Dichosos los que cumplen la palabra del 
Señor con un corazón bueno y sincero y perseveran hasta dar fruto.
El que escucha la palabra de Dios y permanece en ella produce fruto abundante, porque 
la palabra es semilla con un potencial maravilloso de crecer, florecer y dar mucho fruto. 
La semilla de la palabra está llamada a dar un gran fruto que dure hasta la vida eterna, 
pero hay que cuidarla de que no se la coman los pájaros y de que no caiga en espinas o 
piedras, sino que caiga en buena tierra. La palabra de Dios es como la lluvia que empapa 
la tierra y fecunda los campos. La palabra de Dios nos trae la alegría de la cosecha 
abundante de la espiga, que ya trae los granos que se convertirán en pan sabroso.
3. La palabra de Dios escrita, es roca y fundamento de toda la vida y misión de la 
Iglesia. La palabra escrita es pan de vida eterna, la palabra escrita es lámpara que alumbra 
nuestros pasos, luz en nuestro sendero hacia la vida eterna, por eso nos dice el Apocalipsis:
“Coge el libro y cómetelo, será amargo y te arderá en las entrañas, pero será dulce 
como la miel en tu paladar”.
Escuchar la palabra de Dios es leer con atención, meditar con el corazón, practicar con 
la vida y compartir con el testimonio esa palabra de vida eterna. Escucha la palabra de 
Dios hasta familiarizarte con ella, para que puedas distinguir entre tantas palabras falsas 
y verdaderas del mundo, cuales son las falsas y cuáles son las verdaderas. No te dejes 
abrumar por los afanes y preocupaciones de la vida, sigue el ejemplo de María, apaga la 
televisión, apaga la radio, apaga el celular y ponte a escuchar las palabras de Dios. Deja 
que la palabra de Dios te llene de paz y produzca fruto abundante que dure hasta la vida 
eterna, amén.