Mensaje dominical : Solo tú tienes palabras de vida eterna
- Hoy se cumple esta Palabra.
A Jesús se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en el que estaba descrita exacta y precisa su misión mesiánica “el espíritu del señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18). Juan Bautista tenía sus dudas y mandó preguntarle si él era el mesías esperado, puesto que Jesús no cuadraba con sus expectativas. Juan bautista había dicho: ya viene el día de la ira del Señor, si no se convierten ya está el hacha puesta al pie del tronco, y aquel que no se convierta, será cortado y arrojado al fuego. Jesús, sin embargo, se identifica literalmente con la palabra de Isaías: yo he venido a proclamar el año de gracia del Señor. Jesús viene no a juzgar y condenar el mundo, sino a mostrar el amor y la misericordia de Dios Padre.
- La Palabra de Dios es la roca sobre la que se fundamenta la fe del cristiano.
La palabra de Dios, es la roca sobre la que se fundamenta la fe del cristiano, la enseñanza de la Iglesia, la acción apostólica y la práctica religiosa de todos los creyentes en Cristo. Cuando no construimos nuestra vida cristiana sobre la Palabra de la Escritura, que es Palabra de Dios, estamos construyendo sobre arena y cuando azoten las tempestades o crezcan los ríos arrasarán la casa y todo quedará en ruinas. La Palabra de Dios es espada de doble filo que penetra hasta la médula de los huesos y que sirve para defendernos de las acechanzas del maligno. La Palabra Escrita es semilla que cae en tierra para producir mucho fruto. La Palabra Escrita es lluvia que cae en tierra y la fecunda para que crezca la hierba. La palabra de Dios es pan que cuando la comemos y asimilamos, nutre y fortalece nuestra alma.
- La Palabra es la Verdad.
La Palabra es la Verdad. La Palabra de Dios nunca falla. Pero hay que tomar la Palabra de la Escritura, al pie de la letra, sin tergiversarla, sin intervenciones falsas y subjetivas, sin recortes, sin añadiduras y sin glosa. Hay que tomar la literalidad de la letra en armonía con toda la Escritura, hay que dejar que la Palabra nos llegué y nos atraviese el corazón “los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura y todos lloraban al escuchar la palabra de la ley”. (Libro de Nehemías, 8 5); El ángel me dijo: “toma, devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel. Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré; y fue en mi boca dulce como la miel, pero cuando lo comí se me amargaron las entrañas”. (Apoc 10,10). “Señor Jesús haz que tu Palabra sea lámpara para mis pasos y luz en mi sendero”.
+ Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, lc
Obispo de Cancún-Chetumal
