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Mensaje dominical para este Domingo 29 de Enero del 2023 del obispo Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, LC.

Mensaje dominical para este Domingo 29 de Enero del 2023 del obispo Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, LC.

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Mensaje dominical para este Domingo 29 de Enero del 2023 del obispo Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, LC.

“LAS BIENAVENTURANZAS”

  1. “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Jesús promete la felicidad del reino eterno a los pobres y a los humildes, pero la sociedad siempre a considerado dichosos a los ricos, a los soberbios, a los que tienen recursos materiales, buena posición social, prestigio, poder y fama. ¿Quién tendrá la razón? ¿Quién es más feliz, el pobre o el rico? Además, Jesús promete que serán dichosos no solo los pobres, sino los que lloran, los sufridos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón y los perseguidos. Esta promesa de la dicha en el reino de los cielos no solo es para el futuro en el cielo, sino que se comienza a cumplir ya ahora acá en la tierra en todos aquellos que siguen el camino de las bienaventuranzas.

  • ¿Quién es más dichoso, el pobre o el rico?

Si el rico se vuelve ambicioso, avaro, angustiado por cuidar sus riquezas. Si se enferma de codicia y no puede dormir por miedo a que le roben o le hagan fraude, lo extorsionen o lo secuestren; no podemos decir que sea muy feliz. Si el pobre se contenta con lo que tiene para vivir, es honesto y comparte lo poco que tiene con los demás. Si el pobre pone toda su confianza en el Señor y tiene una gran fe en el amor y en la providencia de Dios, ciertamente podrá sentirse feliz, sabiendo que Dios lo cuida, lo ama y no lo va a desamparar.

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  • ¿Quién es más feliz, el limpio de corazón o el morboso?

Si el morboso se deja llevar por su morbosidad, se vuelve adicto a la pornografía, obsesionado por el sexo y esclavizado por sus pasiones desordenadas, ciertamente obtendrá mucho placer, pero tal vez poca felicidad. Si el limpio de corazón trabaja y lucha contra sus pasiones desordenadas para mantenerlas a raya, si vive una vida sana; si logra mantener su corazón no solo limpio de morbosidades, sino también limpio de envidias, de odios, de rencores y de resentimientos, ciertamente tendrá mayor paz en su corazón.

  • ¿Quién será más feliz el misericordioso o el vengativo?

Si el vengativo va acumulando odio y rencor en su corazón por las ofensas recibidas. Si el vengativo solo anhela y busca la manera de vengarse, sino es capaz de perdonar y reconciliarse ¿tendrá algo de paz en su corazón? Si el misericordioso sabe ser paciente, comprensivo, manso y humilde para perdonar y olvidar las ofensas. Si el misericordioso tiene la valentía y la sabiduría de acercarse a su hermano para pedir perdón y perdonar, para reconciliarse y saber amarlo a pesar de todas las ofensas, entonces encontrará gran paz en su corazón, esa paz que el mundo no puede dar ni puede quitar, esa paz que es el componente primero de la felicidad en esta tierra.

  • El amor es el centro del mensaje evangélico

El mundo de hoy nos quiere vender el mito de una felicidad egocéntrica, individualista y aislada de los demás. Nos quiere vender el mito de una felicidad centrada en la autorrealización del ego. Pero la ciencia y la enseñanza evangélica nos dejan bien claro que al final del día la felicidad del ser humano tiene mucho que ver con unas buenas relaciones, sanas y consolidadas con las personas más cercanas a nosotros. Construir relaciones sanas y consolidadas en el matrimonio, en la familia, entre los amigos, viene siendo el secreto y la clave de la felicidad que anhelamos. La gran tarea para los creyentes es sanar las relaciones que se hayan deteriorado y construir desde los valores humanos, desde el evangelio y desde Cristo al centro unas buenas relaciones, no exentas de crisis pero que se consolidan y se maduran con la gracia de Dios y el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”, es el centro del mensaje evangélico y la fuente más profunda de la felicidad.

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+ Pedro Pablo Elizondo Cárdenas. L. C.

Obispo de Cancún-Chetumal

rita


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