Mensaje dominical del Obispo :“LA MIES ES MUCHA, Y LOS OBREROS POCOS”
Mensaje dominical del Obispo :“LA MIES ES MUCHA, Y LOS OBREROS POCOS”
Mensaje dominical del Obispo :
“LA MIES ES MUCHA, Y LOS OBREROS POCOS”
1. Mis ovejas escuchan mi voz
Jesucristo se encuentra en los momentos finales de su vida. Y ahí en
Jerusalén hay mucha expectación sobre si él es el Mesías o no es el Mesías.
Pero Cristo se da cuenta de que a pesar de sus obras y de sus palabras, hay
quienes no lo quieren aceptar como el Mesías. Por eso da a entender que
algunos son sus ovejas y otros no. Y todo depende de la disponibilidad que
la persona tenga para ponerse a la escucha de lo que Jesucristo enseña sin
pretender imponer sus propios criterios o las evaluaciones al maestro. La
escucha dócil a la palabra de Dios construye la comunidad de los creyentes
y hace que sean un solo rebaño y un solo pastor. “Dichosos los que escuchan
la Palabra de Dios y la ponen en práctica”. Escuchar con un corazón abierto
y sincero es el inicio del discipulado.
2. Mis ovejas me siguen
Escuchar la palabra del Buen Pastor no es para entretenerse, sino para
aprender y poner en práctica su enseñanza. Jesucristo es el maestro que
enseña con el ejemplo y hacerse discípulo de Jesús consiste, en seguir su
ejemplo, no sólo quedarse encantado con sus palabras. Cuando algunos le
dijeron al final de su vida: te oímos predicar en nuestras plazas, él les
contestó: “apartaros de mí, obradores de iniquidad”. Y no les dejó entrar en
su Reino.
3. A mis ovejas yo les doy la vida eterna
Quien se abre al amor de Dios, el Buen Pastor lo cuida, lo protege y lo
defiende del enemigo y ya nadie lo puede arrebatar de sus manos. Cuando el
buen pastor abraza a la oveja o la carga sobre sus hombros, ya no hay nadie
que se la pueda quitar. Le da seguridad y tranquilidad a su oveja y la conduce
a buenos pastos. La mete en el redil. El buen pastor viene a cuidar sus ovejas,
a alimentarlas, a defenderlas del lobo para poder conducirlas hasta la vida
eterna.