Mensaje Dominical 20 de junio: El miedo es falta de FE
Mensaje Dominical 20 de junio por Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal.
Vamos a la otra orilla. En nuestra vida humana nos encontramos con muchas circunstancias y situaciones que nos dan miedo: miedo a la oscuridad, miedo a la pobreza de quedarnos sin recursos para sobrevivir; miedo a los odios y resentimientos de los que nos rodean; el miedo al futuro incierto y adverso; miedo al “qué dirán de nosotros”; así como miedo a los enemigos que nos persiguen; miedo a la enfermedad; también miedo al cáncer; y miedo a los riesgos de contagios del covid; pero el miedo más profundo, es a la muerte es decir, el pasar a la otra orilla de la vida. Jesucristo nos invita constantemente a vencer el miedo, poniendo toda nuestra confianza en su providencia, en su gracia y en su amor.
Calla y enmudece. Dios nos invita en esta vida a remar y navegar sin miedo a pesar de todas las tormentas y vientos huracanados y olas que amenazan hundir nuestra barca, porque él va con nosotros. En la travesía de nuestra vida, no podemos pretender que todo sea bonanza y calma. Vamos todos juntos en la barca y en los momentos de dificultad, necesitamos unirnos más y ser más solidarios y sentirnos más necesario unos de otros, pero lo más importante es centrar nuestra atención y nuestra mirada, no en el oleaje embravecido o los vientos huracanados, sino en la presencia y majestad de nuestro Maestro.
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Él es el capitán poderoso que nos guiará a buen puerto, calmando todas las tempestades que se atraviesen. La clave está en poner toda nuestra confianza y nuestra fe en su poder y en su amor paternal que no nos dejará solos ni dejará nunca que se hunda nuestra barca. La fe grande y del corazón vence todos los miedos y nos devuelve la paz hasta lo más profundo del corazón. El que cree y confía en Jesús, jamás se sentirá desesperado o atenazado por el miedo.
En este día del padre, agradecemos la presencia paternal de los papás en tantas familias a las que cuidan, protegen y defienden de todo mal. Cuando hay un peligro grave en la casa como el incendio de la habitación, el niño que confía en su padre, no tiene miedo de saltar por la ventana del tercer piso a los brazos de su padre, sabe que, si su padre está ahí abajo, a él no le pasará nada. La confianza plena y total en el padre, hace vencer todos los miedos en medio de los más grandes peligros.
Felicitamos de todo corazón a los padres que saben estar siempre presentes con sus hijos e infundirles plena confianza para que puedan acudir a ellos en todos los momentos de dificultad. En este año de San José consagramos a todos los papás; y los ponemos bajo la protección e intercesión del padre adoptivo de Jesús para que todos los papás imiten su paternidad humilde, silenciosa, escondida y eficaz.
