Homilía dominical: Sumar esfuerzos para conquistar el Reino
1. Todo aquel que no está contra nosotros, está con nosotros.
Cuando los discípulos vieron a otro que no era de ellos y que expulsaba a los demonios en nombre de Cristo, se pusieron muy celosos. El Señor Jesús no aprueba esos sentimientos negativos de celos o envidias, y les invita a ser tolerantes e incluyentes. Les invita a sumar esfuerzos con todos aquellos que buscan hacer el bien. Vivimos en un mundo, pluricultural con grupos y tendencias muy diversas, en lo cultural y en lo religioso. Nos encontramos con todo tipo de organizaciones, movimientos, iglesias, tendencias e intereses que pueden ser sospechosos. Pero también los hay muy bien intencionados y que hacen mucho bien a la sociedad; debemos verlos como aliados, no como rivales, ni como enemigos por no ser de nuestro grupo. Cristo no descarta, no excluye, tiene un corazón abierto, comprensivo, busca unir esfuerzos para hacer el bien y combatir el mal. Las diferencias no nos deben enemistar o separar, sino enriquecer. Cuando se busca hacer el bien, se busca sumar con otros para hacer más bien, pero cuando se busca el poder y el interés personal, se busca dividir y polarizar para mantenerse en el poder. No caigamos en la tentación de encerrarnos en nuestros esquemas y descalificar a los que piensan diferente y volvernos rígidos y sectarios. Las necesidades son tan grandes que necesitamos unirnos todos y sumar esfuerzos para combatir el mal y lograr que triunfe la justicia, la paz y el bien.
2. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla, más le valdría que le pusieran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al fondo del mar.
Con esta imagen Cristo nos da a entender el terrible daño y la gravedad extrema de los escándalos a la gente sencilla y a los pequeños. Erradicar el escándalo, que SUMAR ESFUERZOS PARA CONQUISTAR EL REINO 2 destruye la vida, la dignidad y la salvación de los pequeños, es un imperativo insoslayable, sobre todo en aquellos que han sido llamados a sembrar la palabra de salvación en el mundo.
3. Si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más te vale entrar cojo en el reino de Dios, que con tus dos pies, ser arrojado al fuego del castigo.
Jesús nos enseña, que no podemos permitirnos jugar con la tentación, porque eso es jugar con el fuego. Si el internet, te es ocasión de pecado, ¡desconéctate!; si la televisión te es ocasión de pecado, ¡apágala! Pero la razón última de sacrificar todo lo que nos pueda inducir a pecado es alcanzar la vida eterna. El tesoro por el que vale la pena sacrificarlo todo, no es poca cosa, pues se trata del reino de la vida eterna. Ese reino de Dios es la meta que hay que alcanzar, es el trofeo que hay que ganar, es el reino que hay que conquistar. El reino de los cielos padece violencia y solo los esforzados lo conquistan. Que el Señor nos conceda la valentía para luchar siempre con pasión, energía y tenacidad por la conquista de la vida eterna. Amén.
+ Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas
Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal
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