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Homilía dominical: ¿Para qué sirve la religión en nuestra vida?

Homilía dominical: ¿Para qué sirve la religión en nuestra vida?

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Antes de hablar de las tradiciones de nuestra fe, es importante primero responder a esta pregunta. Queremos ser miembros de una religión por varias finalidades. Nos ayuda a ser mejores personas. Nos ayuda a ser mejores hermanos con todos. Nos ayuda a vivir nuestra fe y pasarla a otras personas. Pero más que ser miembros de una fe, lo que necesitamos es ser creyentes, seguidores, actualizadores de la fe que el Señor Jesucristo nos dejó. Ser hombres y mujeres que vivimos nuestra fe con alegría.

Las tradiciones del pueblo judío eran de gran ayuda para que puedan cumplir sus metas personales y comunitarias. Con Moisés en el desierto, Dios especificó unos mandamientos básicos que deberían de poner en práctica para que funcione la vida, la familia, la sociedad. Pero no permanecieron toda su vida caminando por el desierto. Tenían que vivir estos mandamientos, tenían que ser fieles al Señor. Pero al cambiar sus vidas, de una vida nómada a una vida más urbana, tuvieron que saber interpretar adecuadamente los 10 mandamientos a la vida más moderna. Tenían modos y límites en sus comidas, vestidos, fiestas, negocios, el sábado, etc. Eran para mantener su identidad judía, mantener su fe judía. Buscaban darle sentido a su vida. Y sus tradiciones les ayudaba mucho para vivir su identidad aún en ambientes no-judíos, o hasta en lugares que no tenían ninguna religión. Siempre es difícil vivir nuestra identidad y nuestra fe como cristianos y católicos en nuestro mundo moderno. Vivimos en ambientes no-católicos, muchos no-cristianos o hasta anti-religiosos. Nuestras tradiciones de fe nos ayudan a mantener nuestra identidad. Nos ayudan a ser buenas personas y vivir y transmitir nuestra fe. Jesús vivía muchas tradiciones, pero nos enseña que tenemos que vivirlas con fe. Las tradiciones ciertamente ayudan en nuestra fe, expresan nuestra fe, pero ciertamente no pueden sustituir la fe.

Del corazón sale las malas intenciones. Del corazón pueden (y deben) salir intenciones buenas. ¿Cómo cuidamos nuestro interior? ¿Cómo conectamos con los demás y con nuestras raíces? ¿Cómo pasamos a los hijos y los compañeros lo mejor de nosotros mismos? El salmo de hoy indica muchos verbos de cosas que haría una persona sea grato a los ojos del Señor. Ojalá tengamos hábitos y tradiciones para ayudarnos con todo lo bueno en nuestra vida. Obrar honradamente, ser justos, ser sinceros, no hacer el mal al prójimo. Quizá nos conviene cultivar la buena tradición de examinarnos cada noche, para ver dónde estamos bien con Dios y dónde él había esperado algo mejor de nosotros. En la Misa dominical tenemos buenas tradiciones que van cambiando según el tiempo: Adviento, Cuaresma, Pascua, Tiempo Ordinario. Pero el incienso, las flores, los colores, las canciones, las respuestas deben ayudarnos a conocer nuestra fe, expresar nuestra fe, y pasarla a nuestra familia. Vivimos cada una de nuestras tradiciones desde la fe, una fe viva y operante que no se deja guiar por la rigidez sino por la caridad cristiana.

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