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POR ENCIMA DE TODO LA LIBERTAD

POR ENCIMA DE TODO LA LIBERTAD

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Por: Vladimir Galeana Solórzano

Sin lugar a dudas los extremistas de la mal llamada Cuarta Transformación están preocupados porque no han logrado que este pueblo se adhiera a sus postulados de convertir a este país en un país comunista. Podrán quedarse sentados esperando, porque este pueblo no es ignorante, y ya sabemos que es lo que ocurre en ese pretendido comunismo que quieren implantar un par de idiotas de ínfima categoría.

Pero habrá que señalar lo que significa el comunismo, y no es otra cosa que un sistema político basado en la lucha de clases y la supresión de la propiedad privada de los medios de producción. Así de simple se le define también: un sistema político y un modo de organización socioeconómica, caracterizado por la propiedad en común de los medios de producción, así como por la inexistencia de clases sociales, del mercado y del estado en su fase final teórica.

Para decirlo más claro, el comunismo es un sistema político en el que se propone una sociedad sin clases, es decir que todos seamos pobres, y su antítesis es el Capitalismo, donde cualquiera de nosotros podemos tener la oportunidad de alcanzar esos bienes que hasta ahora hemos alcanzado, y quienes nos dedicamos a trabajar, y no la bola de huevones que todo el tiempo están señalando que merecen lo mismo que quienes nos sobamos el lomo para alcanzarlo.

Habrá que señalar que el comunismo nace como oposición al sistema capitalista, ese que tanto adoran los propios hijos del Presidente de la Republica, porque hasta ahora siguen siendo unos grandes empresarios al amparo de la complicidad de su padre y el concurso de sus amigos quienes hasta ahora han sido solidarios con el trío de “Huevones” que ha procreado el ilustrísimo Andres Manuel Lopez Obrador.

Hasta ahora sus queridos hijitos se han llenado los bolsillos con los negocios que han realizado en torno al afamado Tren Maya, ese que devastó todo el sureste para vender los árboles de maderas finas en diversas partes del mundo. Pero ahí no termina la película de horror a que nos hemos acostumbrado, porque los hijos presidenciales ya se volvieron cínicos y poco les importan los audios y las evidencias de sus negocios al amparo del poder.

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El Idiota que habita Palacio Nacional habla de comunismo cuando sus malditos hijos detentan una considerable fortuna que han realizado con todo el apoyo de su padre, ese que siempre se dijo un hombre austero y que por desgracia ahora hemos comprobado que no es más que un ladrón en toda su dimensión, y un corrupto redomado que ha saqueado las arcas públicas. Pobre país, pero nos vemos en la siguiente elección. Al tiempo.

rita


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