Oposición daltónica
Triques
La visión frívola de la oposición para ver actos y cuestionar decisiones que nunca vieron en administraciones anteriores a pesar de ser más notorios y autoritarios es una constante en su proyecto político. Olvidan que quien sacó al Ejército a las calles fue Felipe Calderón, donde se desarrollaron las batallas donde murieron muchos civiles.
Ahora se trata de otorgarle legalidad a esa acción de guerra que se produjo en su momento verdaderos negocios de Calderón con empresas como Iberdrola, porque la violencia se generalizó como distractor y provocó agresiones indiscriminadas de las fuerzas armadas en los territorios que ocupó el crimen organizado, lo cual hizo incontenible la inseguridad.
Sin embargo, se culpa al actual gobierno de militarizar al país, cuando en realidad no habrá un solo soldado más en las calles de los que había; y para garantizar la honestidad de los miembros dela Guardia Nacional, los coloca el Presidente bajo el mando del Ejército y se rijan con la disciplina y leyes militares, garantizando así su efectividad.
La gente que está lejos de la violencia no opina en realidad, la que la padece exige seguridad garantizada por quien sea, incluso por el mismo diablo. Es mentira el recurso manido de la oposición que la gente no quiere a los soldados en las calles, sólo politiquería, que los coloca en una de sus muchas contradicciones.
Por otra parte, ahora que hay esfuerzos reales de hacer justicia en el Caso Ayotzinapa y que se le dio su lugar a los investigadores del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que había corrido del país enrique peña Nieto, algunas fuerzas conservadoras inventan que al compartir información sobre el Caso Ayotzinapa con los investigadores se está compartiendo secretos de estado con extranjeros y señalan que puede señalarse a Alejandro Encinas de traición a la patria.
Los integrantes de este grupo son personas con reconocimientos internacionales sobre la búsqueda de desaparecidos, con una larga experiencia y gran honestidad demostrada, están avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la que pertenece México, y a la que han acudido en más de una ocasión los panistas a acusar al Presidente de la República por hechos realmente sorprendentes que quieren convertir en delitos.
Los vocingleros del purismo nacionalista que ven como traición a la patria compartir información para un buen común no sólo desconocen los acuerdos de cooperación que contiene el hecho de pertenecer a la CIDH sino que nunca vieron ese delitos en las repetidas visitas de Marko Cortés y Mariana Gómez del Campo, en ellos cualquier semejanza es pura impunidad.
Van a visitar a los líderes de la ultraderecha europea, que se refugian en el fuero del Leopoldo López Gil, disidente del gobierno de Venezuela, acusado de fraude y asesinato, no denuncian esos columnistas ninguna anomalía ni falta de patriotismo, al contrario, lo valoran como una manera de hacer valer las leyes.
Entusiasmados por el triunfo electo9ral de la fascista Giorgia Meloni, la derecha se muestra fortalecida luego de tantas derrotas de su política en américa Latina.
Difícil visión de una oposición que lo que quiere ver y extravía la realidad en aras de crear una crítica que cada día menos personas creen.
Los columnistas de alquiler, voceros del conservadurismo, los nostálgicos escribanos del pasado, los que tenía información de primera mano y ahora no tienen ni el saludo de los funcionarios públicos, no sólo quieren dinero, quieren saber que existen.
