Los boyantes funcionarios de la 4T
No cabe duda que cuando la ambición es mayor que la responsabilidad de un cargo público, las cosas nunca salen bien. Y lo digo porque hasta ahora los principales miembros de ese bodrio de la mal llamada Cuarta Transformación han enseñado el cobre, pero sobre todo han venido mostrando el hambre de dinero y poder, y más cuando hasta ahora por desgracia del destino, las instituciones están pasando por una de las etapas más amargas de nuestra historia como país.
MEXICO ha sido secuestrado por una caterva de asaltantes, porque en el pasado reciente aquellos que considerábamos ladrones no se parecen a los de hoy, y lo digo porque su encono acumulado los ha llevado a pretender que esta nación se apegue a los dictados de un solo hombre que hasta ahora sigue dictando lo que se tiene que hacer y lo que pueden hacer aquellos que fueron insertados en las dependencias de gobierno.
Para decirlo más claro, estamos ante la reedición del Maximato Callista, pero ahora con un líder diferente, que de estadista no tiene nada, y de ladrón tiene todo. Y desde luego que los ahora detentadores del poder han adoptado una perniciosa permisibilidad para hacer y deshacer lo que les viene en gana, porque su aplastante mayoría ha sido brutalmente cínica y descarada porque saben que no tienen contrapesos.
Y esto es producto de que nuestro electorado es de muy fácil manipulación, lo que quiere decir que hasta ahora los votantes siguen siendo muy poco interesados en entender el fenómeno político, porque si el pueblo mexicano tuviera mayor entendimiento, sabría mejorar sus opciones políticas, y evitar que nos sigan robando por causa de esa falta de interés en el fenómeno político y sobre todo en el comportamiento de los funcionarios públicos.
Aquellos que en el pasado identificábamos como corruptos, son ahora unas blancas palomas ante la andanada de hombres y mujeres ambiciosos de poder y de riqueza que hemos constatado en el actual régimen. Para decirlo más claro, desde laz presidente del país, hasta el menor de los funcionarios, todos han llegado para alzarse con los caudales públicos como la caterva de ladrones que son y han sido.
Bien dicen que los ciudadanos tienen los gobernantes que merecen, y esta circunstancia que estamos viviendo es producto de lo que elegimos. Y hay que decirlo con todas sus letras, Andrés Manuel López Obrador ha sido el más corrupto de todos los tiempos, y la señora Sheinbaum va por el mismo camino. Mira que mandarse a hacer una Ciudad Floreciente para vivir tranquilo y con muchas comodidades, cuando su rancho de dos hectáreas ahora es una mansión que ni Carlos Slim posee.
Pero bien dicen que los pueblos tienen los gobernantes que merecen, porque se dejan llevar por las promesas antes que ponerse a trabajar. Que bueno que hay programas sociales, pero que mal que no existen a fuentes de empleo, porque los programas sociales son dádivas que se realizan para mantener a los ciudadanos en la dependencia, cuando las naciones exitosas siembran el saber e invierten en la generación de riqueza, cuando aquí se trata de mantener a los pobres en su ignominia para que sigan siendo rehenes de los llamados gubernamentales. Así de simple nuestra circunstancia. Al tiempo.