LOS ARANCELES ESTADOUNIDENSES


Sin lugar a dudas la posición de Donald Trump en cuanto a los aranceles que este país tiene y debe pagar, no es una imposición. Y lo digo porque la permisibilidad y la connivencia de Andrés Manuel López Obrador antes y después de su mandato ha sido brutalmente ofensiva al entendimiento de la mayor latte de los mexicanos, quienes hemos tenido durante seis años y lo que va del mandato de la Señora Sheimbaum, a un Mandatario que fue llevado a la más alta responsabilidad del gobierno mexicano, por los carteles del narcotráfico.
De ahí que los carteles sean una amenaza continua para el vecino del norte, quien por cierto está evaluando las opciones para enfrentar el flagelo de las drogas y combatir certeramente a quienes hasta ahora siguen ocupando las posiciones de los más de veinte narcos que han sido encarcelados en el vecino del norte, y cuyos integrantes que aún están libres, quizá pretendan seguir haciendo su trabajo en condiciones adversas.
Pero lo peor de todo es que pese a que Estados Unidos ha estado pendiente del tema, pareciera que a la Presidenta del país poco le importa lo que piensen y hagan los norteamericanos, y no va a tardar mucho tiempo antes de que le lean la cartilla como lo hicieron con Andrés Manuel López Obrador cuando lo mandaron llamar, y lo tuvieron más de un hora sentado sin que siquiera le ofrecieran un vaso con agua o un café.
Más le valdría a la Señora Sheimbaum que su embajador en el vecino del norte comience a realizar los cabildeos necesarios para evitar, que en cualquier momento, Donald Trump tenga la osadía de tildarla como una mandataria cercana a los carteles de la droga, como en su momento lo hizo Andrés Manuel López Obrador, a quien ni siquiera le invitaron un vaso con agua cuando lo invitaron a visitar a Joe Biden, y por cierto, cuando salió se le observaba bastante asustado.
El señalamiento de que los carteles serán tildadas de organizaciones terroristas es una circunstancia muy grave, porque el vecino del norte tiene el armamento necesario y letal para desde el suelo norteamericano enviar drones que serían explotados en las instalaciones donde los presuntos narcotraficantes se protegen, y por desgracia pudieran morir persona que nada tienen que ver con el campo de las drogas.
Más le valdría a la Señora Sheimbaum comenzar a cabildear ante el gobierno norteamericano antes de que la tilden a ella misma de ser protectora de las grandes organizaciones del los carteles de las drogas, pero hasta ahora sigue pensando que ella puede con el paquete y domar a Donald Trump. No sabe en lo que se está metiendo, porque de seguir así no tan solo incriminarían a López Obrador, porque podrían tildar al gobierno mexicano como un gobierno delincuencial, y las consecuencias serían verdaderamente desastrosas. Así de simple nuestra circunstancia. Estados Unidos no tiene plan B, tiene la decisión de acabar con lo que se le ponga enfrente sea quien sea. Al tiempo.