LA ENTREGA DEL PAIS AL CRIMEN ORGANIZADO
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas estamos viviendo una de las etapas más crudas y crueles de las que tengamos memoria. Por donde se le quiera ver, la circunstancia de la vida diaria de los mexicanos es absolutamente incierta, a la vez que de alto riesgo. Los asesinatos se han multiplicado en todo el territorio del país, la delincuencia organizada ha estado ya gobernando y disponiendo de los recursos públicos de los mexicanos, y señala lo que se puede hacer y lo que no se tiene que hacer.
Y habrá que decirlo con todas sus letras, Andres Manuel Lopez Obrador ha aprovechado la circunstancia delincuencial en que hemos vivido los mexicanos, desde su arribo al poder, para pretender someternos a un gobierno totalitario, con vistas a quedarse enquistado como ha ocurrido en diversas latitudes de este Continente, y esa mancha que ha cundido hasta ahora se ha convertido en un desastre donde los gobiernos populistas se vuelven absolutistas.
Hasta ahora la delincuencia organizada tiene un efecto multiplicador en las finanzas del Estado Mexicano, ya que provoca que se incremente el gasto en servicios de seguridad y policiales, generando como consecuencia el socavamiento de los derechos humanos, y en el que los países han buscado preservar la democracia. La connivencia de los gobiernos de estas latitudes con la criminalidad, es producto de esa peste que hasta ahora ha implantado el populismo.
Bien señalan los especialistas en que la delincuencia organizada vulnera la percepción de certeza y legalidad, pero sobre todo, la presencia del Estado de Derecho, afectando sin lugar a dudas la dinámica social y la vida de los ciudadanos en la mayor parte de sus actividades. Pero también es preciso señalar que la metodología de la criminalidad hasta ahora ha sido demasiado violenta.
El único integrante del Movimiento de Regeneración Nacional que ha levantado la voz hasta ahora ha sido Ricardo Monreal, quien ha advertido que la delincuencia ha ampliado su horizonte de actividades ilícitas, porque a la extorsión se han sumado el soborno y el secuestro, pero también el lavado de dinero o el traslado de bienes y valores, así como el cobro de piso o instalaciones de puestos ilegales para la venta de mercancías.
Y tiene razón el señor Monreal desde que ha estado buscando la posibilidad de realizar modificaciones al Código Penal y otras expresiones que norman nuestra cohabitabilidad, como son la Ley General de ciberseguridad, la Ley para el control del tabaco, y a la Ley Federal del Trabajo. Pero también están acumuladas varias iniciativas de reformas que se tienen que atender de manera puntual sobre todo en materia de Derechos Humanos. Por ahora lo único que podemos tener de certeza, es de que Andres Manuel Lopez Obrador ha entregado el país al crimen organizado. Así de simple. Al tiempo.
