El PAN agoniza
Triques
Desde el momento en que el PAN requiere de alianzas electorales, no de uno sino de dos o tres partidos, quiere decir que ya no es el mismo que aquel que ganó la Presidencia de la República en 2000 y 2006, sus triunfos electorales disminuyen rápida y considerablemente como para verlo diluirse en el panorama política de México.
Su paroxismo violento en lugar de debate en el Congreso habla de su decadencia y la trayectoria delictiva de personajes como Ricardo Anaya, García Luna, Jorge Romero, Sandra Cuevas, Guillermo Parés, Lía Limón, etc. ha hecho que la población les dé la espalda y la historia lo borre definitivamente.
En un momento dado, a principios de sexenio, cuando las bancadas necesitaban fijar una posición política estable y precisa, le sirvieron al PAN para mostrarlo vivo en el Congreso. Mientras escogía si insultar o cuestionar ese partido utilizó como entretenimiento mediático a las plañideras y lo logró. ¿Qué hubiera sido del pan el primer año del senado sin ellas?
Luego de cuatro años de la misma tendencia estridente muestra desesperación de las plañideras hablan ahora sólo de sí mismas. El desgaste de utilizar en cada sesión la misma estrategia, ya tocó fondo y sigue hundiéndose. El hecho de que sigan llevando a cabo sus paroxísticas declaraciones las senadoras panistas muestra la pobreza de su discurso político que ahora, luego de la aclaración del presidente de Chile, traspasan las fronteras.
Ahora, son un estrobo para el PAN, para la derecha y la ultraizquierda que muestra su corriente política en el cesto de la basura o en lo profundo de la tumba. Nadie con dos dedos de frente podría adoptarlas como candidatas a puestos de elección popular, a menos que quieran perder su registro como partido político. El PAN muestra su carencia total de ideas políticas, de estrategia, de inteligencia y de oficio con estas expresiones en el Senado que, al parecer nadie puede detener ya.
Si esa es la expresión política de la derecha en México, los contrincantes nada debe preocuparles en las urnas. En un manual de la política moderna aparecerían como ejemplo de lo que no debe hacerse si en realidad les interesa ganar elecciones.
La cúpula panista a pesar de todo, está no sólo complacida sino agradecida con sus plañideras dado que son la expresión de lo que en realidad sienten. Saber que con lo que ellos destinaban a sus bolsillos ahora se hace obra pública, enoja a algunos. La mejor manera de ocultar las razones de su enojo, porque siempre están y estarán enojadas, quieren ocultarlas con la descalificación y el insulto, porque su conocimiento político no les da para más.
Las estridentes del PAN son ahora un ejemplo mundial del desatino de la vida parlamentaria de la derecha y ejemplo de lo que la derecha tiene como argumentos ideológicos y políticos en medio de una transformación, que, desde luego, les duele porque afecta sus bolsillos y cuestionan hasta la manera de vestir de los gobernantes y desconocer un idioma tan importante para ellos, como el inglés.
Por estas y otras razones la ultraderecha considera despreciable la derecha mexicana que carece de solidez discursiva, porque la palabra es reflejo fiel de las ideas políticas y al carecer de éstas, el discurso se vuelve diatriba y denuesto.
En las recientes encuestas el PAN tiene 17 por ciento de aprobación entre la población. Lo cual pareciera inflado dado ese partido absorbe no sólo a los adeptos que por tradición o convicción lo han apoyado sino la inconformidad que crea en algunos segmentos de la población el actual gobierno. Porque es la única referencia de oposición que existe ante un PRD agonizante y un PRI dividido y diluido por su pasado aterrador.
Las plañideras no saben que su tiempo terminó y siguen sueltas más allá de cualquier estrategia de partido, mostrando la miseria ideológica de un partido que vive sus peores momentos.