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El Instituto de Cultura agoniza y un tumor crece en la desmantelada Biblioteca Javier Rojo Gómez

El Instituto de Cultura agoniza y un tumor crece en la desmantelada Biblioteca Javier Rojo Gómez

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DESDE LOS ONCE PASOS
Javier Chávez Ataxca

Primera parte

De mal en peor en los últimos 12 años por el irresponsable abandono gubernamental, el ahora llamado Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo desfallece en la era de la 4T, estrangulado por la incompetencia y veneno de sus altos burócratas que incluyen entre sus damnificados a la Biblioteca Pública Central Javier Rojo Gómez de nuestra capital.

Nuestra querida Biblioteca resultó muy dañada en el mandato del priista Roberto Borge porque una onda tropical le destruyó miles de libros, pero fue rehabilitada y modernizada por el “Gobierno del Cambio” de Carlos Joaquín, embajador de la Patria morenista en Canadá.

Y ahora este espacio ha sido desmantelado para ser convertido en nido de inflados burócratas y la ponzoña pura es descargada por el déspota Felipe Octavio Ley López, quien como director de Patrimonio Cultural aplica su ley de horca y cuchillo usurpando funciones y recurriendo tiro por viaje al acoso laboral para someter al personal de bibliotecas.

Las mujeres figuran en la lista de empleadas a quienes ha hecho la vida imposible este filoso burócrata que los últimos años del mandato de Carlos Joaquín fue Jefe de Oficina en la Agencia de Proyectos Estratégicos.

Como titular del Instituto de la Cultura y las Artes, la chetumaleña Lilián Villanueva Chan tiene la soñada oportunidad de reanimar al instituto cultural que disfrutó fases de esplendor en el período del gobernador priista cozumeleño Miguel Borge Martín, quien colocó al frente del Instituto Quintanarroense de la Cultura (IQC) a la insuperable arquitecta Adriana de la Cruz Molina.

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Pero hoy todo está en el abandono en el Instituto de la Cultura y las Artes y el tumor cancerígeno crece en la Biblioteca Central donde se respira un aire tóxico, indigno de una oficina pública independientemente de su tono partidista.

magaly


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