El “9N” como parteaguas social en Cancún
Caminos del Mayab
Por Martín G. Iglesias
Hasta ahora la sociedad no sabe quién o quiénes dieron la orden de disparar “al aire” para dispersar la manifestación de cientos de mujeres y hombres frente al palacio Municipal de Benito Juárez (Cancún) encabezada por feministas, para exigir “justicia para Alexis”.
La marcha de protesta por los feminicidios, y especialmente por la muerte de Alexis, (Bianca Alejandrina), una joven que había sido reportada como desaparecida días antes y quien fue encontrada sin vida en la periferia de la ciudad y con claros signos de violencia, terminó en tragedia.
La Comisión Mexicana de Defensa y Protección de los Derecho Humanos (CNDPDH) documentó que minutos antes de las 20:00 horas del lunes 9 de noviembre de 2020, cerca de ochenta elementos de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito de Benito Juárez, bajo el entonces “Mando único estatal de Quintana Roo”, disolvieron la manifestación que se concentraba en la Plaza de la Reforma con uso excesivo de la fuerza y atacaron a las manifestantes. Con la aquiescencia de la Guardia Nacional, agentes municipales perpetraron violaciones graves a derechos humanos como detención arbitraria, tortura, violencia sexual, así como tentativas de ejecución extrajudicial y fabricación de culpables, en contra de un grupo de manifestantes entre las que estaban Alice, Ana, Anette, Karen, Gloria, Julián, María, Naomi, Reyna, Roberto, Sergio y Wendy.
Pero también había reporteros cubriendo la manifestación, quienes no se salvaron del exceso uso de la fuerza policiaca y de la represión de algunas autoridades, entre ellos estaba Cecilia Solís, quien recibió un balazo en la pierna; el otro herido por impacto de bala fue Roberto Becerril. Estos compañeros hasta hoy no ha recibido justicia, pero sí fueron utilizados por políticos para tomarse la foto diciendo que los ayudarían y realmente los dejaron abandonados.
Desde la óptica social, los actos perpetrados el 9N no fueron un error o casualidad derivada del actuar poco diligente de las autoridades, sino que fueron actos perpetrados con la deliberada intención de causar daño a las manifestantes y castigarlas por su participación en la protesta. Me comentan participantes en la protesta, que los policías inyectados de adrenalina, les decían frases como “esto les pasa por putas”, “por esta razón las matan como perras”, “las vamos a despedazar”, “feministas de mierda”, “ya valieron madre, pinches viejas”, “pinches viejas, putas revoltosas, ahora si a chingar a su madre para que aprendan a quejarse”, entre otras propias de la tropa cuando quieren intimidar y que son profundamente denigrantes, que revelan un evidente motivo de discriminación de género en contra de las y los manifestantes de ese día.
Ese lunes 9 de noviembre por la noche, los elementos policiacos llegaron armados a la manifestación y no solo dispararon al aire, sino que activamente persiguieron a las manifestantes y accionaron sus armas de fuego directamente en contra de tres personas, una de ellas fue Cecilia Solís.
Nunca fue creada la “Comisión de Víctimas del 9N” en la XVI Legislatura, también es una simulación y comenten omisión los integrantes del Congreso. En pocas palabras, las víctimas del 9N, a un año, aún están abandonadas y no hay esclarecimiento de los hechos, por eso es un parteaguas en la vida social de Quintana Roo.
SASCAB
Lamentablemente la política divide al gremio periodístico, pocos son los que han manifestado su apoyo a los compañeros heridos el 9N, ni qué decir de las otras víctimas, donde algunos periodistas y dueños de medios de comunicación prefieren ponerse del lado del oficialismo, aunque falten a su rigor periodístico y manipulen la verdad; a estos, el tiempo y la sociedad los castigará.
¿Cuándo entenderemos que lo que necesita la sociedad quintanarroense es unidad? ¡Basta ya de tanta división!
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