Distribuidor Universidad, ¿y los responsables del caos?
Sin Remitente
No sería justo que para el gobierno de Carlos Manuel Merino Campos – y/o de Adán Augusto López Hernández- el Distribuidor vial de avenida Universidad se convierta en un símbolo del fracaso de su administración y en un desgaste político electoral para Morena en las próximas elecciones. En todo caso, habría que pedirle cuentas al todavía titular de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas (SOTOP), Gildardo Lanestosa León, para que explique si los errores que pudiera haber en la obra son porque no se modificó el proyecto inicial heredado por el gobierno de Arturo Nuñez Jiménez, o porque, por el contrario, se hizo y no hubo supervisión. O bien, porque las empresas constructoras no hicieron correctamente su trabajo.
Las consecuencias viales que no existían al extremo de lo de ahora, comienzan a permear negativamente entre una población que observa y vive el caos que por la mañana, tarde y noche ocurre sobre avenida universidad, viniendo hacia Ruíz Cortínez.
Las filtraciones de agua en los carriles subterráneos en otras partes de la obra vial, han dimensionado más los evidentes errores de construcción que se han convertido en burla-memes que terminan afectando al gobierno estatal y a Morena indirectamente.
Hasta este momento, ni el titular de la SOTOP ni mucho menos los constructores responsables de la ejecución de la obra han salido a explicar a la población lo que ocurre mientras el costo político electoral crece como la espuma y de paso ha sido aprovechado por los adversarios que están capitalizando favorablemente el problema.
Extraña que hasta hoy no exista un control de daños de parte de la administración estatal y se deje deliberadamente que el problema se agudice en espera quizá que la población deje de quejarse, lo que no ocurrirá mientras trabajadores y estudiantes que no necesariamente tienen autos, lleguen tarde a sus empleos y clase.
Ni en los peores tiempos en que se congestionaban los carros en la avenida universidad antes del distribuidor, las filas llegaban hasta el fraccionamiento Lagunas.
La gente,- aunque habría los que criticarán-, aplaudiría que el gobierno estatal tomara acciones para que fuesen corregidos los errores y se resolviera el problema, al que tampoco la Dirección de Tránsito y Vialidad ha aportado gran cosa para paliar en tanto llega una solución de fondo para lo ocurrido.
Lo que sí es que, sin dejar pasar más tiempo, el gobierno, a través de la SOTOP, tiene que ofrecer las explicaciones necesarias y empezar a deslindar responsabilidades para que los implicados, funcionarios o constructores, sean sancionados y obligados a la reparación sin costo al erario. Sería lo justo.