Juez resuelve a favor de la periodista Judith Calderón, ante acusación falsa de La Jornada
Luego de más de cuatro años que la empresa DEMOS, Desarrollo de Medios S.A. de C.V., editora del diario La Jornada y trabajadores afines a ella, denunciaron por secuestro a la exsecretaria General del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Jornada (Sitrajor), Judith Calderón Gómez, a su hijo Alejandro Caballero Calderón y a otras trabajadoras del mismo periódico, el cuatro de noviembre pasado, un juez los absolvió de los cargos. Por fin se les hizo justicia.
Desde luego que la casa editora de La Jornada, contó con el apoyo de la 4T para alargar el litigio lo más que pudo, pues en este país, gobierne quien gobierne y tenga el discurso que tenga, el trafico de influencias y el pago de favores sigue siendo el pan de todos los días.
La directora general de La Jornada, Carmen Lira Saade, siempre ha tenido gran influencia sobre Andrés Manuel López Obrador, quien la considera una de sus consejeras preferidas. La relación de amistad es de varias décadas, de la toma de los pozos petroleros en Tabasco, incluso hay un compadrazgo entre ella y él.
Como sucede hoy en día con la huelga de Notimex, el poder de la 4T fue ejercido a lo largo de este proceso judicial, así como en el juicio laboral que tienen pendientes varios trabajadores de La Jornada, quienes fueron despedidos injustificadamente, como es el caso de Judith Calderón.
El Sitrajor, con la finalidad de que se mantuvieran las fuentes de empleo accedió durante 2016 a que se les redujeran prestaciones laborales, pero la falta de empatía con el sindicato de parte de Carmen Lira, la directora y sus socios, de manera unilateral siguieron disminuyendo las prestaciones, por lo que el Sitrajor, bajo la dirección de Judith Calderón Gómez, como secretaria general no tuvo otra opción que estallar la huelga en los tiempos establecidos por la misma autoridad laboral, la cual siempre fue omisa en sus responsabilidades para exigir a la empresa que cumpliera.
Otra afrenta que el Sitrajor tuvo con la directora de La Jornada fue demostrarle que un grupo de directivos cercanos a ella, recibían sueldos de 200 mil pesos mensuales, mientras que al resto de los trabajadores les disminuían las prestaciones laborales ganadas durante años de actividad sindical y solidaridad a la empresa, pues los trabajadores siempre estuvieron del lado de la empresa en sus momentos de crisis económica. Un tercer perito le dio la razón a la empresa.
Después de cuatro años de “chicanadas” del equipo jurídico de La Jornada, por fin Judith y sus compañeras y compañeros obtuvieron la absolución, pues se les acusaba de haber secuestrado en el interior de las instalaciones del periódico a un grupo de trabajadores y directivos el día, que conforme a la ley, el 30 de junio de 2017, estallaron una huelga legítima, pues horas antes se le había informado a la empresa que se estallaría la huelga, ante su cerrazón de seguir negociando que se respetaran las clausulas que durante años ya estaban establecidas en el contrato colectivo de trabajo y que la misma ley protege.
Sin embargo, tanto directivos como empleados afines a la empresa se negaron a salirse del edificio laboral para que los huelguistas colocaran las banderas rojo y negras, al contrario decidieron quedarse en su interior a pesar de que el estallamiento de la huelga era legal. Horas después denunciaron por secuestro a Judith y a sus compañeros.
Cuatro años después han quedado absueltos, ahora falta que se les haga justicia en el tema laboral, pues a pesar de que han demostrado que se trató de un despido injustificado, las autoridades laborales siguen aceptando que la empresa siga dándole largas al litigio, utilizando prácticas antiéticas en el mundo de la abogacía.
Durante los gobiernos priistas y panistas, La Jornada siempre cuestionó el papel de muchos medios de comunicación que se convertían en voceros gubernamentales, y ahora, incurre en la misma práctica, es el instrumento propagandístico número uno de la 4T. Solo quedan recuerdos de aquel medio incluyente, plural y democrático que cubrió todos los efectos políticos y sociales del sismo de 1985, así como los movimientos sociales que a lo largo y ancho del país, sirvieron de plataforma para que López Obrador llegara al poder.
Sobre la absolución del delito de secuestro de Judith Calderón Gómez y sus compañeros despedidos de La Jornada, se informó que el juez Ricardo Ojeda Gándara, resolvió el pasado 4 de noviembre que se da por terminado el referido juicio contra Judith Calderón Gómez y Maricela Delgado Dueñas, entre otras personas, quienes fueron acusadas de privación ilegal.
Como resultado de ese proceso de reivindicación sindical, resultaron despedidas y despedidos otros 20 sindicalistas. Desde luego que los juicios siguen en el limbo, a consecuencia del tráfico de influencias de la directora de La Jornada.
Desde 2016, La Jornada sigue sin cumplir con el Contrato Colectivo que tiene firmado con el Sitrajor, se trata de una violación flagrante a la ley, pero la cercanía con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es sinónimo de impunidad.
Bien por Judith, a pesar de las adversidades durante el litigio demostró su inocencia, como un homenaje a Alejandro Caballero Calderón. Es una muestra que con tenacidad y vocación por la lucha sindical y por los derechos de periodistas se logran resultados positivos. Enhorabuena Judith por su lucha y liderazgo.
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