2023: año clave para la Unión Europea y América Latina y el Caribe

El 7 de junio pasado, la Comisión Europea y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad adoptaron una comunicación conjunta en la que establecieron la Nueva Agenda para las Relaciones con América Latina y el Caribe, que propone una asociación estratégica modernizada y más sólida, mediante un diálogo político reforzado, el estímulo del comercio y la inversión, y el fomento de sociedades más sostenibles, justas e interconectadas a través de los recursos de Global Gateway (plan de inversiones dirigidas a programas de países en desarrollo).

Luego, entre el 12 y el 15 de junio, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizó una serie de visitas por varios países de América Latina, con el objetivo de fortalecer las relaciones. Su agenda, que contempló principalmente encuentros de alto nivel y empresariales, inició en Brasil, siguió en Argentina y Chile, y concluyó en México.

Con Brasil y Argentina, abogó por la pronta conclusión de las negociaciones entre el Mercosur y el bloque comunitario. Con México, en reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, acordó acelerar las negociaciones para cerrar la total modernización del Acuerdo Global a finales de este año.

Otros acuerdos alcanzados en la gira de la funcionaria incluyen la asignación de 20 millones de euros al Fondo Internacional para cuidar la Amazonía; el Memorándum de Entendimiento con Argentina, para reforzar la cooperación en materias primas sostenibles, y la concesión de un fondo europeo a Chile, para desarrollar la industria nacional de hidrógeno verde, entre otros.

Para el 17 y 18 de julio se espera que los países miembros de la Unión Europea y los de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebren una cumbre de alto nivel en Bruselas, bajo el lema “Renovar la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible”. Es de mencionar que desde 2015 las y los jefes de Estado y de Gobierno europeos y latinoamericanos no se han reunido, aun cuando debían hacerlo al menos cada dos años.

Este nuevo camino encuentra su impulso en la Hoja de Ruta Birregional 2022-2023, “Renovando la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible”, aprobada entre ambas partes el 27 de octubre de 2022 durante la III Reunión Ministerial de Cancilleres, en Buenos Aires, y con la finalidad de enriquecer los intercambios y contribuir a los ejes principales del trabajo entre ambas regiones. El documento enlista una serie de acciones y actividades por desarrollar antes de la cumbre de julio.

Para el alto representante, Josep Borrell, 2023 es un año clave para el relanzamiento de las relaciones con América Latina y el Caribe, donde se espera elevar el nivel de socios naturales a socios preferentes. En esta reactivación de la “otra relación transatlántica”, Borrell plantea una mayor cooperación y acuerdos.

Entre las oportunidades para este nuevo impulso y los retos que impactan en las relaciones entre las regiones, hay elementos por analizar y observar, como el turno de la presidencia española en el Consejo de la Unión Europea; los Acuerdos de Asociación pendientes (Mercosur, Chile y México); los esfuerzos interregionales y bilaterales para renovar las relaciones, y el factor China y Rusia en la región latinoamericana, paralelo al contexto de la guerra en Ucrania.

En este cambio de dinámicas para estrechar lazos, renovar alianzas y fortalecer la presencia y proyección internacional, hay que observar además el escenario internacional actual. Con el fondo de la guerra en Ucrania y las secuelas de la pandemia, las consecuencias han sido ásperas y no sólo reconfiguraron el contexto mundial detonando en un mundo más fragmentado, polarizado y conflictivo, sino que también generaron otros contextos que pusieron a prueba la cooperación, los intercambios y las relaciones entre países.

Las bondades latinoamericanas y los menesteres europeos se asoman como una buena fórmula para reforzar las alianzas y reimpulsar el desarrollo de América Latina y el Caribe, duramente impactado por los estragos de la pandemia. En este camino, el respeto, las discusiones y negociaciones claras, así como las concesiones recíprocas, son algunas de las bases que, sin duda, se requerirán en la construcción de esta nueva etapa.