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Mensaje dominical del Obispo :ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDIOS

Mensaje dominical del Obispo :ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDIOS

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ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDIOS
1. “Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Ante el letrero que pusieron sobre la cruz de Jesucristo: “Éste es el Rey de los judíos” las autoridades le hacían muecas con desprecio, con odio, con crueldad y con incredulidad. También los soldados se burlaban de Jesús, le ofrecían vinagre y lo insultaban. También uno de los malhechores crucificado con él, lo insultaba diciendo: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros”. Pero el otro malhechor defendía la inocencia de Jesús y reconociéndolo como rey le pedía: “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”. En esta vida tenemos la libertad de aceptarlo o rechazarlo como rey; de burlarnos de Él o de admirarlo; de insultarlo o acogerlo; tenemos la libertad de amarlo o de odiarlo. Pero en la otra vida, él terminará reinando como juez de vivos y muertos. Y un día entregará el reino a su padre cuando haya vencido a todos los enemigos de este mundo tenebroso: principados, potestades y nominaciones. Porque Él tiene que reinar y así Dios lo será todo en todos.
2. Amor de los laicos a su fe católica.
Hace casi 100 años, nuestra patria sufrió una persecución religiosa muy sangrienta. Y ahí se evidenció la valentía, la convicción y el amor a su fe católica de miles de laicos católicos, dispuestos a dar su vida y a
derramar su sangre por defender su fe católica y muchos murieron asesinados por el gobierno en turno gritando: “Viva Cristo Rey”. Muchos hombres se han burlado de Jesús en la historia y han querido eliminar la fe católica y siempre ha habido fieles laicos que la han defendido valientemente. Hoy los ataques, los insultos y las calumnias contra la iglesia católica y contra Cristo son cada vez más descarados. La lucha por destruir la fe católica es más sutil, disfrazada y subterránea. Pero también más virulenta y demoledora. En este día del laico, nos hace mucho bien recordar el heroísmo de tantos laicos cristeros que lo arriesgaron todo por defender su fe. Como símbolo de
la lucha encarnizada de la revolución cristera se erigió un monumento a Cristo Rey en el centro geográfico de nuestro país, que fue destruido cinco veces por el gobierno en turno, hasta que finalmente se respetó la libertad religiosa del pueblo de México.
3. ¡Viva Cristo Rey! Hoy día la lucha es muy diferente pero más virulenta y encarnizada que nunca. Se necesitan laicos
comprometidos que sigan más de cerca a Jesucristo y lo testimonien en sus obras de misericordia. Hoy no se pide empuñar las armas de fuego, sino defender la fe con el testimonio de la propia vida. Una vida honesta, de mucho trabajo, de mucha oración y de muchas obras de misericordia en favor de los más desamparados. Hoy
necesitamos empuñar las armas de la caridad y de la verdad. Como dice San Pablo: “Nuestra lucha no es contra
la carne y la sangre, sino contra los espíritus del mal”. Por eso hay que empuñar las armas de Dios para poder resistir al espíritu maligno. Ceñir nuestras cinturas con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, calzados los pies con el celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe para poder apagar todos los dardos encendidos del maligno, tomando la espada del espíritu que es la Palabra de Dios
y manteniéndonos perseverantes en la oración, siempre en oración. Nuestro testimonio de vida santa, de oración perseverante y de caridad auténtica, es el más victorioso y fuerte grito de: ¡Viva Cristo Rey!

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Adriana Solis Davlos


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