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Mensaje dominical del Obispo :NO SOMOS MÁS QUE SIERVOS

Mensaje dominical del Obispo :NO SOMOS MÁS QUE SIERVOS

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Mensaje dominical del Obispo :NO SOMOS MÁS QUE SIERVOS

NO SOMOS MÁS QUE SIERVOS

  1. La Fe nos hace sentir fuertes:
    La Palabra de Dios nos invita hoy a reconocernos como siervos, limitados, pobres, débiles, vulnerables y frágiles, pero con toda la fe y toda la confianza puesta en Dios que nos hace fuertes. La gran paradoja de la fe es que ese sentimiento del creyente le lleva a romper definitivamente con los límites de su mente racional para poder hablar con algo que no ve, que no huele y que no puede tocar. La fe es esa sensación de sentirse tan frágil, tan vulnerable, tan chiquito y tan perdido en la infinidad del universo, que paradójicamente te hace sentir fuerte, absoluto y sin dudas. Somos pobres siervos, pero con una gran fe en el poder de Dios que nos capacita y nos habilita para servir fielmente a nuestros hermanos y a hacer grandes obras de misericordia. La fuerza se realiza en la debilidad. Cuando soy débil entonces soy fuerte, decía San Pablo. Reconocernos como siervos inútiles nos hace siervos sumamente útiles con la gracia de Dios. Nuestra vulnerabilidad se vuelve una fuente de fortaleza cuando dejamos que Dios actúe poderosamente en nosotros.
  2. Señor aumenta nuestra fe.
    Para ser siervos fieles del Señor, necesitamos que el Señor aumente nuestra fe. En primer lugar, fe en su llamado: tú eres mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien tengo puestas mis complacencias, yo te he ungido para que vayas y seas luz de las gentes y alianza de los pueblos. Yo el Señor te llamé en justicia y estaré siempre contigo, te así de la mano y te formé (Is. 42,6). La firme convicción de fe, de que el Señor nos llama a pesar de nuestras debilidades y limitaciones y de que él es el que nos sostiene, nos da una gran seguridad y confianza en el servicio a la iglesia.
    Para ser servidores fieles necesitamos una gran fe en la iglesia, sacramento de salvación y cuerpo de Cristo, fundada sobre la roca de Pedro, que jamás puede ser destruida por los poderes del infierno, porque es Jesús mismo quien mora en ella. “Yo soy Jesús a quien tu persigues”, “Yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos”. Señor aumenta nuestra fe en la iglesia para que la podamos servir mejor. Para ser siervos fieles necesitamos una gran fe en la misión que el Señor nos encomienda. Somos unos siervos pobrecitos, limitados, pecadores, vulnerables, pero así nos quiere el Señor. Cristo necesita siervos humildes para hacer a través de ellos sus milagros y maravillas. Cristo confía en nosotros a pesar de todas nuestras debilidades, limitaciones y pobrezas. Cristo cuenta con nosotros. No podemos ignorar su amor, su misericordia y su confianza en nosotros. Dios puede hacer maravillas a través de nosotros, pero nos necesita disponibles y dóciles siervos.
  1. En las encuestas del Sínodo Diocesano, mucha gente respondió que le gustaba participar en la iglesia para poder servir. El anhelo de servir a sus hermanos encuentra un espacio amplio en la misión de la Iglesia. Hay muchas maneras de servir a Dios en la iglesia, pero siempre hay que hacerlo con mucho amor y con la conciencia de ser humildes servidores del Señor.
  2. En éste mes de octubre que comenzamos, dedicado a la virgen del rosario, les invito a rezar el rosario para confiar a María las preocupaciones personales, las necesidades del mundo y en
    particular el tema de la paz en el mundo, en nuestra familia y en nuestro corazón. Que la virgen de Guadalupe escuche nuestras plegarias para que en México haya más paz y seguridad y para que nuestra Diócesis lleve a cabo un sínodo diocesano muy fecundo para el crecimiento de la fe en éste pueblo

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Adriana Solis Davlos


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