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2 de octubre, herida nacional que no cicatriza…

2 de octubre, herida nacional que no cicatriza…

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¡Ecos de la represión!

Desde el Palacio de la Bahía… El Pregonero al detalle!

“Sin el movimiento de 1968 no hubiéramos llegado a la alternancia presidencial del año 2000 y a las posibilidades de una nueva ola de transformaciones profundas que se iniciaron a partir del 2018”.
Diputado Ricardo Velazco Rodríguez
Presidente de la Comisión de Puntos Legislativos y Técnica Parlamentaria

Por José Luis Barrón
A 54 años la profunda herida que dejó la fatídica noche de Tlatelolco aún causa escozor para quienes padecimos la brutal represión del sistema gubernamental a partir de ese momento y hasta 15 años después, era y es obligada la conmemoración de tales acontecimientos, tal y como lo hizo el diputado Ricardo Velazco Rodríguez en la Tribuna del Pleno del Congreso del Estado de Quintana Roo.

El movimiento estudiantil de 1968, “con sus exigencias de mayores libertades y de respeto a los derechos ciudadanos fue miserablemente ahogado en sangre el triste 2 de octubre, por el fuego y las bayonetas de un régimen político que ya daba muestras de decadencia e insensibilidad frente a la modernidad fresca y progresista que en ese momento representaban los jóvenes en México y todo el mundo”.

Y si bien hay pocos referentes reales y documentados que aún prevalecen en el colectivo imaginario e incluso como material de consulta, como pudieran ser “La Noche de Tlatelolco” de Elena Poniatowska e incluso la película “Rojo Amanecer” con la brillante actuación de María Rojo quien recientemente visitó Chetumal, en su exposición el legislador de extracción “obradorista”, hace su aportación a la historia:

“Algunos protagonistas han trascendido en los registros históricos como Heberto Castillo, Eduardo Valle (“El Búho”), Luis González de Alba y el escritor José Revueltas (Preso por ser considerado ridículamente como el gran “instigador” de las protestas).

“Mujeres como Roberta Avendaño (la emblemática “Tita”) y Ana Ignacia Rodríguez, ambas sentenciadas posteriormente a más de 10 años de prisión. O el honorable rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, don Javier Barrios Sierra, quien supo dar la cara y tomar la calle por la máxima casa de estudios y por su comunidad”.

La lucha continúa
Velazco Rodríguez también recuerda: “De aquella dolorosa experiencia emergió toda una generación de aguerridos luchadores sociales que se asumieron, también, como hijos y herederos de las batallas democratizadoras de los obreros, campesinos y clases medias de los años 50 y 60.

“Muchos anónimos, en la frustración por la represión recibida y en la desesperación por tratar de cambiar rápido la condición de opresión de los más desprotegidos, entregaron su juventud u no pocos su vida al optar, infructuosamente, por la vía revolucionaria de las armas, formando parte de grupos de guerrilla urbana y rural”.

En este punto hay que hacer hincapié que incluso hasta mediados de la década de los 80’ del siglo pasado la libertad de expresión era prácticamente nula, pocos eran los valientes periodistas que daban cuenta de la guerrilla urbana que prevalecía en la Ciudad de México, por citar un ejemplo en “Las Crónicas de los 80’” de Carlos Monsiváis, está el caso del Frente Urbano Zapatista (FUZ) con la subversiva Paquita Calvo al frente.

“El Che”, mote que se ganó a pulso entre la izquierda mexicana a propósito del guerrillero Ernesto Guevara, Ricardo fue fundador y dirigente estatal de los partidos Mexicano de los Trabajadores (PMT), Mexicano Socialista (PMS), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), continua con su versión de la historia…

“Otros, por su parte, privilegiaron el iniciar una larga marcha de organización social y de lucha política en los márgenes de una legalidad que se mantenía monopolizada por el régimen presidencialista agonizante del partido casi único, ofensivo, elitista, excluyente y no pocas veces represor.

“Crecieron partidos políticos clandestinos como el Comunista Mexicano y surgieron otros nuevos de corte ideológico diverso como el PMT o el Revolucionario de los Trabajadores. En general, todos aquellos jóvenes, como generación, se esforzaron por dar la batalla contra el pasado siendo mejores mexicanos, patriotas, buenos profesionistas, excelentes trabajadores, cumplidos servidores públicos o demandantes estudiosos”.

En este punto yo agrego que unos más seguían en las calles manifestándose con expresiones artísticas desde la Casa del Lago de Chapultepec hasta la Alameda Central, unos más con pintas, mítines, marchas y desde las entonces clandestinas “tocadas de rock”, que casi siempre eran reprimidas por los antimotines del Estado autoritario.

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Tarde, pero llegó…
En su discurso, Velazco Rodríguez se congratula sin lanzar las campanas al vuelo: “Con la llegada del nuevo siglo, aquella generación de jóvenes, ya en la madurez, empezó a ver los resultados positivos de un largo esfuerzo colectivo emergido desde el injusto y ofensivo derramamiento de sangre del 2 de octubre de 1968.

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“La transición política se convirtió en alternancia electoral y hoy hay nuevos gobiernos surgidos de diferentes partidos mediante elecciones pacíficas, reconocidas y vigiladas por los propios ciudadanos en comparación a la práctica común que en aquellos tiempos era de batallas callejeras, de revueltas sociales y de litigios legales por el reconocimiento de partidos clandestinos y para los jóvenes del momento parecía un imposible absoluto, una utopía”.

El sangriento legado
“Conmemoramos hoy una fecha triste y luctuosa. Rendimos tributo a los caídos. Nunca se supo exactamente cuántos fueron. El dato oficial dijo 20, pero desde entonces ha quedado en la memoria colectiva que las víctimas superaron los 300 estudiantes.
Pero a la vez, levantamos en hombros con nuestro reconocimiento y gratitud a toda una generación que sembró la semilla del México plural, diverso, tolerante y más justo que tenemos ahora.

“El presente es de lucha, el futuro es nuestro. Hoy somos el futuro de aquel presente. Y en este presente debemos reconocer que México ha cambiado: es más diverso, plural y complejo en un mundo globalizado y absolutamente distinto. La tarea por lograr un país y un mundo de igualdad y de bienestar para las mayorías está muy avanzada, pero a la vez debemos aceptar que aún tiene un buen trecho por recorrer.

“Eso es lo que hemos identificado y nos hemos propuesto continuar quienes estamos transitando en el incontenible tren de la transformación que en México arrancó con nuevos bríos desde el 2018, jalado por la incansable labor del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Para ellos, para todos, para nosotros y para los que vienen, debe tener sentido y contenido, causa y motivo, la frase que se repetirá por siempre:

¡2 de octubre, no se olvida!”

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Adriana Solis Davlos


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