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“Estaba perdido y lo hemos encontrado”, Mons, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas

“Estaba perdido y lo hemos encontrado”, Mons, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas

Janet Galindo
Mons, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas

En su mensaje dominical Elizondo Cárdenas reitera el amor al prójimo y al descarriado.

Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, en su mensaje dominical dijo,  “Cuando a la mujer de la parábola se le pierde una de sus diez monedas de plata, enseguida enciende una lámpara, barre la casa y se dedica con todo cuidado y perseverancia a buscarla hasta encontrarla”.

Cuando al pastor que tiene cien ovejas se le pierde una, deja las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se le perdió hasta encontrarla; el padre del hijo pródigo todos los días piensa en su hijo que se le ha perdido y lo espera pacientemente.

Y una vez que encuentran la moneda, la oveja o el hijo tienen que celebrar el hallazgo con sus amigos y vecinos y hacer una gran fiesta porque su corazón se ha llenado de alegría y lo que habían perdido lo han encontrado.

Si eso pasa en el corazón del hombre cuanto más pasará en el corazón de Dios.  Si eso pasa en la tierra, cuánta más alegría habrá en el cielo por un pecador que se ha convertido, por un hijo de Dios que estaba perdido y lo hemos encontrado.

2. Los fariseos y los escribas no miraban con buenos ojos a los publicanos y pecadores que se acercaban para escuchar a Jesús y murmuraban: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.

Los fariseos que se preciaban de ser modelos de virtud, no querían a los pecadores y asumían que tampoco Dios los quería. Según ellos Dios ama a los virtuosos y odia a los pecadores.

Pero Jesús les muestra un Dios muy diferente. Jesús era amable, bondadoso, cariñoso y amigable con los pecadores, sabía que el rechazo y el juicio nunca ayuda a cambiar a una persona.

Por eso se presenta con unas actitudes de bondad y misericordia en las que toda la gente se siente aceptada, amada y en esa atmósfera de bondad se sienten capaces de responder al amor de Dios y cambiar su vida.

Si un niño está resfriado, tiene frío y hambre, no necesita regaños ni reprimendas, necesita comida, calor y cariño.

3. Jesús se juntaba con los pecadores y le gustaba que le invitaran a comer a su casa.

Porque Cristo vino a salvar a los pecadores. Porque no necesitan médico los sanos sino los enfermos.

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Cristo busca a los pecadores, porque cuando la oveja está en peligro, es cuanto más necesita del pastor. Deja las noventa y nueve en el campo, porque cada oveja es importante y valiosa para él, porque para él lo que importa es el individuo. Cada individuo y cada alma.

Cualquier cosa que perdemos cobra nuevo valor. Si pierdes una llave se vuelve más importante que todo lo demás y concentras toda tu atención en buscarla. Nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde. No sabemos el valor de lo que tenemos hasta que lo perdemos.

También para Cristo cada alma que está en peligro de perderse, cobra nuevo valor y se vuelve más importante a sus ojos.

Dios nos ama mucho a todos los hombres, sus hijos. Pero cuando un hijo está en problemas como que lo ama más y hace todo lo posible por salvarlo.

Finalmente dijo, “dejemos que el amor de Dios nos salve en nuestros extravíos, pues es el amor de Dios el que siempre nos buscará, nos encontrará y hará una gran fiesta cuando nos encuentre”. .

Janet Galindo


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