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LOS EXCESOS EN DURANGO

LOS EXCESOS EN DURANGO

Vladimir Galana Solorzano

Si en un lugar me he quedado mucho tiempo, ha sido en Durango. Seis años estuve visitando esa Colonial Ciudad cada semana, y debo señalar que me enamoré de ese lugar al que espero regresar en el corto plazo y donde tengo muchos amigos y amigas que hasta ahora después de casi cinco años puedo decir que no los he olvidado, que los sigo frecuentando aún en la distancia del Sureste Mexicano.

Pero como en todos los rincones de este país, siempre se presentan incongruencias gubernamentales que manchan deliberadamente la unidad de los habitantes de una ciudad como Gómez Palacio, en lo que se conoce como La Laguna, que es la zona lechera más rica del país, y que sostiene y mantiene en mucho esa riqueza que alcanzó notoriedad por sus laboriosos hombres y mujeres.

Pero como siempre pasa, los excesos están a la orden del día, y eso es algo que los propios Duranguenses han venido combatiendo desde hace muchos años tiempo. Mire usted, en Gómez Palacio detuvieron a once menores de edad, y solamente uno de ellos tenía catorce años. Pero déjeme decirle que los llamados “Goris”, que no es otra cosa que una presunta fuerza especial de esa ciudad para someter a los simples ciudadanos.

Así como se se lo consigno, esa presunta fuerza especial que debiera realizar tareas para defender a los simples ciudadanos, ahora se ha convertido en un grave problema, porque resulta que en un exceso de fuerza pública, han causado un trauma en aquellos infantes que han sido vejados por los excesos de esos hombres armados que con toda la estupidez piensan que pueden hacer lo que les venga en gana.

Si a usted no le parece arbitrario lo que hicieron estos presuntos policías, el resultado ha sido brutal para los menores de edad que ni siquiera traían algo con lo que causaran heridas a los policías, que se solazaban aprehendiendo menores de edad simplemente porque se les ocurrió, y eso es un atropello aquí y en China, porque cuando la fuerza pública se presenta es para cuidar a los ciudadanos y no para pretender encarcelarlos.

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Cuando la fuerza pública comete excesos quiere decir que los gobiernos no le están cumpliendo a los simples ciudadanos, y eso habla de que los policías no están preparados para defender a los ciudadanos, y desde luego que por eso se cometen excesos que después lamentamos. Los Presidentes Municipales y el propio Gobernador están obligados a poner orden y evitar los excesos del poder. Así de simple. Al tiempo.

Vladimir Galana Solorzano


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