¿QUIEN MANDA EN QUINTANA ROO?
Si de algo podemos estar seguros quienes vivimos en el paraíso en que se ha convertido el Estado de Quintana Roo, es que la delincuencia organizada está usufructuando lo que debieran usufructuar los inversores que han sido,los que han construido uno de los paraísos más grandes del Continente en el bellísimo estado de Quintana Roo, que ahora por desgracia está siendo carcomido por la delincuencia organizada.
Francamente no se sabe quien es quien verdaderamente toma las decisiones, porque a la señora Lezama en muchas ocasiones ha tenido que enfrentar los reclamos de los inversionistas que hasta ahora han logrado mantener viva la actividad turística, pero que hasta ahora ha venido siendo la principal entrada de recursos económicos para la Federación, pero desde luego que esperar ayuda de Palacio Nacional no está en los planes de la Presidenta de la República.
Bien dicen por ahí que poderoso caballero es Don Dinero, y pareciera que ese es el principal eslabón que buscan tanto los desarrolladores como los grandes grupos delincuenciales que se han aposentado en la llamada Riviera Maya y que hasta ahora han logrado cohabitar entre sí, pero no por mucho tiempo, porque ya existen indicios de una posible guerra de bandas para mantener la hegemonía en la zona turística.
Bien dicen los lugareños que el orden no lo pone el estado, mucho menos el gobierno, lo pone el dinero, y ese es el que se ha convertido en el orden de todas las cosas, porque pareciera que quienes general el dinero ya no tienen más que obedecer a las grandes organizaciones criminales que se han asentado en la Riviera Maya y hasta ahora la Federación poco ha hecho para restablecer el orden, pese a que la Riviera Maya es la joya turística de la Colonia.
¿Cual ha sido la respuesta de Claudia Sheimbaun ante las peticiones de ayuda para los empresarios y los destinatarios del paraíso del Sureste del país? Pues hasta ahora pareciera que poco le importa lo que ocurra en el paraíso del sureste, pese a que es el lugar más visitado del Continente, y hasta ahora la Presidenta que se apoderó de una de las ubres de la UNAM durante treinta años, o sea que cobraba sin trabajar, ahora ni siquiera sabe que hacer con la delincuencia.
Por cierto, esa delincuencia que tanto toleró el expresidente Andrés Manuel López Obrador, pese a los llamados de los empresarios para que los defendiera, y que al final se encargó que dichos integrantes de los cuerpos policiales defendieran y dejaran en paz a las bandas delincuenciales porque los delincuentes también tienen derechos. Así de simple la circunstancia delincuencial del país porque la delincuencia organizada vivía en Palacio Nacional. Al tiempo.