País en llamas
Osiel Cárdenas Guillen, ex líder del Cartel del Golfo cumplirá las sentencias que tiene en su contra en MÉXICO tras ser deportado ayer desde Estados Unidos luego de cumplir su condena de veinticinco años de prisión en ese país, informó el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien indicó que las órdenes de aprehensión que tiene se procesarán en el Penal del Altiplano.
Y eso quiere decir que en lo sucesivo los Estados Unidos van a estar enviando a este país a aquellos que no quiere mantener en sus reclusorios porque su país de origen es quien tiene la obligación de resguardarlos para que sean sentenciados por las autoridades mexicanas, pero también hay que señalar que esta es una nueva estrategia norteamericana para que seamos nosotros quienes nos ocupemos de nuestros problemas.
Y vaya que el problema de este país será el resguardo de aquellos grandes capos, que por desgracia siguen teniendo muchos hombres que estarán pendientes para observar la posibilidad de ponerlos en libertad, con los mecanismos que tengan a su alcance, para que sigan manteniendo como rehenes a la mayor parte de los mexicanos de todas las latitudes.
No es fácil para un país como el nuestro con condiciones difíciles en los centros de reclusión, y la fallida estrategia para disminuir el auge de los enervantes y las drogas pesadas, esas que han comenzado a salir a los mercados de aquellos consumistas que en la mayor parte de las veces pierden la razón o la vida porque podemos señalar que hasta ahora son más fuertes a la vez que más adictivas.
Hay que decirlo con todas sus letras, MÉXICO no está preparado para mantener en los grandes reclusorios a personajes de la droga que cuentan con cientos de hombres y mujeres para ponerse a su disposición cuando se requiera, y eso es algo que no podremos detener mientras nuestro sistema penal no cuente con los elementos necesarios para alcanzar la efectividad.
Es cierto que en nuestro país ha incrementado mucho la dependencia de muchos hombres y mujeres que han caído en el mundo de la drogadicción, y hasta ahora no contamos con los elementos para combatir con certeza las adicciones en los jóvenes, y hasta ahora podemos señalar que el peligro que representan los opioides pesados es una brutal y lamentable realidad al entendimiento. Pobre país, pobres mexicanos. Al tiempo.
