Recuperamos la esencia de nuestro verdadero ser y la razón poderosa de nuestra existencia
ORACIÓN: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder Y SERÁN MIS TESTIGOS tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra.” (Hechos 1:8).
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Nuestro saludo matinal está lleno de alegría, de optimismo y de esperanza, porque solo en ti encontramos y recuperamos la esencia de nuestro verdadero ser y la razón poderosa de nuestra existencia.
Padre Santísimo: en este increíble despertar, la recomendación que nos dio tu hijo amado, de “NO APARTARNOS DE JERUSALÉN, HASTA RECIBIR LA PROMESA DEL PADRE Y SER LLENOS DEL PODER DE LO ALTO”.
Nos deja ver con toda precisión tu divina voluntad: SER LLENOS DEL PODER CELESTIAL, es decir, tener el aliento divino que nos hace invencibles y nos impulsa a que siendo tan naturales, obremos con sobrenaturalidad, con un poder que supera a todo lo visible y con palabras poderosas que se convierten en vida, en salud, en llenura, en gozo extraordinario y en lo más excelso de todo lo creado del mundo visible.
Ese estar en JERUSALÉN, es estar en LA CIUDAD DE LA PAZ SAGRADA
Donde desde ese Santuario de la presencia de todo lo divino, nos aparta de todo lo material y con ese fuego divino, nuestro bautismo en el Espíritu Santo, nos transforma en seres de luz, de energía celestial y nos hace ser TESTIGOS DE LAS REALIDADES PROPIAS DE LOS CIUDADANOS CELESTIALES.
¿Cómo se realiza tu divina promesa, Padre Santísimo? ¿Cómo se hace realidad este ser cubiertos con ese manto sagrado que nos hace testificar de las realidades celestiales?
La respuesta la vemos en esa LA SANTÍSIMA MADRE DEL SALVADOR, LA LLENA DE FE Y CONOCEDORA DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS DESDE PEQUEÑA, quien es visitada por el Arcángel Gabriel y quien al verla, queda sorprendido, porque ella está llena de gracia y el mismo señor ya estaba dentro de ella, cual templo santificado.
Ella pregunta del CÓMO SERÁ ESA LLENURA, ESA COBERTURA DEL PODER DIVINO y, la respuesta fue: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del altísimo te cubrirá con SU SOMBRA.
Por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.” (San Lucas 1:35)
Postrados ante ti, Padre Santísimo, no queremos retornar a nuestra vida diaria sin antes ser revestidos de ese Divino Poder y estar cubiertos por esa sombra donde la energía divina nos hace ser portadores del mensaje de salvación en Cristo.
Y provocar la misma sensación de Cristo, quien a su regreso a Galilea, ya no era el mismo que cuando salió de ella para ser EL UNGIDO POR EXCELENCIA , que el mismo ambiente fue transformado por Su presencia transformada y que ahora estaba para transformarlo todo:
“Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de él se divulgaron por toda {aquella} región.” (San Lucas 4:14).
Desde ahora, padre santísimo el mismo DEDO DIVINO nos hará arrojar a los mismos demonios.
Porque el reino de los cielos ha llegado por nosotros a muchos hermanos que aun están en el dominio del príncipe de este mundo lleno de maldad. Padre Santísimo: ¡Bendito seas desde ahora y para siempre! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+