La vida deja de tener valor en la 4T
De verdad resulta espeluznante que las decisiones tomadas desde lo más alto del poder Presidencial estén orientadas a causar la muerte de muchos mexicanos. Nunca antes vivimos una circunstancia de este tipo donde la vida no vale nada, porque en este régimen quienes tienen carta abierta para hacer lo que les venga en gana son los delincuentes. Y no es una circunstancia pasajera, porque hasta ahora la cifra de los niños muertos por cáncer han llegado a seis mil.
Y eso indica, que al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, la vida le importa un comino, y no hay hasta ahora una señal que le otorgue esa esperanza que tanto prometió en sus recorridos por todo el país. Para decirlo más claro, estamos ante un brutal engaño de quien hasta ahora sigue residiendo en Palacio Nacional, atendido como un reyezuelo de quinta categoría, observando plácidamente cómo se desgarra el país ante la actividad delincuencial.
Y esa circunstancia indica que efectivamente el Presidente de la Republica pactó con los grupos criminales con tal de alcanzar el poder. Los muertos han sido el pago de los favores que la delincuencia organizada ha venido realizando para someter a quienes hemos decidido seguir luchando por la verdad desde el periodismo crítico. Como el mismo Mandatario dijera, “que nadie me venga a decir que la ley es la ley”, y eso habla de que su verdadera máscara no es la democracia, sino la autocracia que hasta ahora ha venido implementando.
Y por desgracia la pandemia lo situó en lo que verdaderamente es: el mayor asesino de todos los tiempos, porque no fueron solamente los niños con Cáncer, sino también la tragedia del Cobid19, como cuando mando al titular de Relaciones exteriores a viajar a Europa para solicitar donaciones de los antivirales que no quiso comprar, dejando morir a muchos hombres y mujeres por no querer comprar los medicamentos que después llegaron al país.
Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador tendrá que ser incriminado por todas las decisiones contrarias al interés público que tomó durante la pandemia. El sexenio de Andrés a Manuel López Obrador no tan solo huele a muerte, también huele a hurto de los caudales públicos, huele a dilapidar el dinero de los mexicanos para entregar grandes cantidades de dinero a los sátrapas del Continente como ha sido Nicolas Maduro, el tirano de Venezuela, Miguel Díaz Canel, el criminal Cubano, y Daniel Ortega el criminal de Nicaragua.
¿Con esos amigos, para que quiere enemigos? Porque sus enemigos más identificados somos los periodistas, a quienes nos ha echado de los medios en que trabajamos durante muchos años simplemente porque no le gusta lo que decimos y mucho menos las críticas. Lo mejor de todo esto es que ya se va, y el juicio de la historia le resultará desastroso para su causa porque los registros que hemos llevado los periodistas no mienten. Al tiempo.